En el juicio de los assises de Tarn, Cédric Jubillar, acusado de asesinar a su esposa Delphine en 2020, dio respuestas a menudo carentes de credibilidad durante los interrogatorios. El enlucidor de 38 años niega los cargos y aparece inquieto durante las audiencias. La sentencia se espera para el viernes.
El juicio de Cédric Jubillar se abrió el 22 de septiembre en los assises de Tarn. El enlucidor-pintor de 38 años está acusado de asesinar a su esposa Delphine, de 33 años, en la noche del 15 al 16 de diciembre de 2020, en su hogar en Cagnac-les-Mines. Él niega cualquier implicación.
Interrogado largamente el viernes y el lunes, Jubillar dio respuestas marcadas por la incoherencia. Con una estatura de 1,66 metros, su cuerpo parece en constante movimiento, como un ciclista subiendo una pendiente o un nadador agitado, lo que hace que las audiencias sean agotadoras tanto para el acusado como para el público. Sus respuestas, descritas como mentiras diluidas en incoherencia, alternan entre insípidas, desconcertantes y repugnantes.
«Se cansa uno de ver a Cédric Jubillar inquietarse tanto», señala el informe de la audiencia. Aunque la estrategia lingüística del acusado permanece poco clara, parece destinada a difuminar las inconsistencias para evitar la claridad. La sentencia se espera para el viernes, tras estos dos medios días de interrogatorio recapitulativo.
Elementos relacionados, como la declaración de su madre Nadine Fabre que revela comentarios amenazantes hacia Delphine, o dudas sobre los datos del teléfono del amante de la víctima, pesan en la defensa. Sin embargo, el acusado se mantiene firme en su negación, a pesar de testimonios embarazosos y fallos en la investigación destacados.