Jack Wallen, un usuario de Linux de toda la vida con 30 años de experiencia, cambió a Windows 11 durante una semana en el mismo hardware y carga de trabajo diaria. Encontró numerosas frustraciones que destacaron diferencias en el control del usuario y la eficiencia. La experiencia reforzó su preferencia por Linux.
Jack Wallen comenzó su experimento hace una semana, con el objetivo de tener una experiencia positiva con Windows 11 sin prejuicios preconcebidos. Sin embargo, en la primera hora, se preguntó: '¿Por qué la gente usa Windows voluntariamente?' Usó un portátil para sus tareas habituales, esperando eficiencia, pero encontró lo contrario.
Los problemas comenzaron de inmediato. Crear una cuenta local requirió pasos complejos, a diferencia del simple comando de Linux 'sudo adduser jack', que solo necesita detalles básicos. Wallen lo describió como 'frustrantemente exasperante', sintiendo que tenía que 'vender mi alma' a Microsoft.
Las Passkeys de Google fallaron, incluso después de habilitar el servicio 'Hello'; funcionaron instantáneamente en una nueva máquina virtual de Linux, pero no en Windows. Un cliente de correo de la Microsoft Store, Mailbird, lo bloqueó con un molesto pop-up de la versión de pago, obligándolo a reiniciar varias veces para desinstalarlo, algo imposible vía terminal sin SSH en Linux.
El desplazamiento natural se negó a desactivarse correctamente, revirtiendo a pesar de los cambios en la configuración, probablemente debido a conflictos de controladores. Aparecieron anuncios en el menú Inicio y la barra de tareas, lo que Wallen encontró inaceptable en un SO. Los diálogos de guardar se predeterminaban a OneDrive, no vinculado a su cuenta, frustrando flujos de trabajo locales primero.
El uso de recursos fue alto; el proceso msedgewebview2.exe, parte de Edge WebView2 Runtime, consumió más CPU que Opera con múltiples pestañas, haciendo que el portátil se calentara con ruido constante del ventilador, incluso sin usar Edge. Las configuraciones de seguridad mostraron confusión: Virus y Protección contra Amenazas aparecía desactivado en una página pero 'Activado' en otra, ligado a funciones en la nube y de cuenta.
Las opciones de energía fallaron en atenuar automáticamente la pantalla o hibernar en el portátil, arriesgando el drenaje de la batería; Wallen tuvo que ajustar manualmente las utilidades OEM. A lo largo, sintió ansiedad constante por posibles fallos o actualizaciones y reinicios forzados.
En la segunda fuente, se notan problemas similares, incluyendo passkeys frágiles dependientes de Windows Hello, anuncios omnipresentes en ediciones para consumidores y sobrecarga de WebView2. La confusión de seguridad surge de funciones en la nube multidimensionales, mientras que los valores predeterminados de energía requieren ajustes. Datos de StatCounter muestran que Windows mantiene más del 50% de cuota global de escritorio, pero Wallen concluyó que Linux ofrece un control local superior. Regresó a Linux inmediatamente después, apreciando su confiabilidad.