Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump se reunirán el domingo en Kuala Lumpur, Malasia, en la cumbre de la ASEAN, para discutir los aranceles impuestos por EE.UU. a Brasil. La organización de la reunión involucró a empresarios y diplomáticos brasileños, en medio de temores por la imprevisibilidad estadounidense. Lula expresa optimismo por una solución sin demandas previas.
La reunión entre Lula y Trump está prevista para la tarde del domingo hora local en Malasia, equivalente a la madrugada del 26 de octubre en Brasil, aunque no aparece en la agenda oficial del presidente brasileño. El encuentro se produce al margen de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que ambos asisten como invitados. Los temas clave incluyen los aranceles del 50% impuestos por EE.UU. a productos brasileños, como el ferro-níquel, la celulosa y la madera, y medidas como la Ley Magnitsky contra el ministro Alexandre de Moraes.
Los arreglos para la reunión comenzaron con una teleconferencia a principios de octubre, cuando Lula solicitó la eliminación del 'aumento de aranceles'. Hubo un breve contacto en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde Trump mencionó una 'química' entre ellos. Empresarios como Joesley Batista de JBS se reunieron con Trump para discutir los impactos en el sector cárnico, mientras que representantes de Embraer también colaboraron. El vicepresidente Geraldo Alckmin habló con el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, sobre los aranceles.
El gobierno brasileño eligió un tercer país para evitar una posible 'emboscada' en Washington, temiendo la imprevisibilidad de Trump. Lula viaja con unos 100 empresarios para buscar nuevos mercados y reducir la dependencia de EE.UU. En Yakarta, Indonesia, su primera parada, Lula declaró: 'Podemos discutir desde Gaza hasta Ucrania, Rusia, Venezuela, materiales críticos, minerales, tierras raras. Podemos discutir cualquier tema'.
Trump indicó que podría reducir los aranceles 'bajo las circunstancias adecuadas'. Lula reiteró: 'Trabajo con optimismo para que podamos encontrar una solución. No hay demanda de él ni de mí todavía'. Alckmin, como principal negociador, destacó los bajos aranceles de Brasil a EE.UU. –un promedio del 2,7%, cero en ocho de los diez principales productos exportados– y oportunidades en centros de datos, tierras raras y energía renovable. El vicepresidente ve 'un camino por delante' para asociaciones, citando 200 años de relaciones bilaterales.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, declaró: 'Creemos que, a largo plazo, es beneficioso para Brasil hacer de Estados Unidos su socio comercial preferido en lugar de China'. Brasil no espera resultados inmediatos, pero ve la reunión como un impulso para las negociaciones. Posibles discusiones incluyen una incursión militar de EE.UU. en Venezuela, que el gobierno brasileño considera desestabilizadora para Sudamérica.