El expresidente Nicolas Sarkozy será encarcelado este martes por la mañana en la prisión de La Santé en París, tras su condena a cinco años de prisión por conspiración criminal en la financiación libia de su campaña de 2007. Colocado en aislamiento por razones de seguridad, planea presentar una solicitud de liberación inmediata debido a su apelación. Figuras políticas como Emmanuel Macron y Gérald Darmanin han expresado apoyo humano, mientras que las críticas se dirigen a la ejecución provisional de la sentencia.
Nicolas Sarkozy, condenado el 25 de septiembre de 2025 a cinco años de prisión por conspiración criminal, ingresará en la prisión de La Santé, en el distrito 14 de París, alrededor de las 10 de la mañana del martes 21 de octubre. El tribunal lo declaró culpable de permitir que colaboradores cercanos cerraran un acuerdo con la Libia de Muammar Gaddafi para la financiación encubierta de su campaña presidencial de 2007, aunque la investigación no demostró que los fondos libios llegaran a las arcas de su campaña. Absuelto de otros cargos, ha apelado y se presume inocente nuevamente, lo que podría permitir su liberación bajo supervisión judicial si la detención no está justificada por riesgos específicos como la manipulación de testigos o la huida.
Al llegar, Sarkozy será alojado solo en una de las 15 celdas de nueve metros cuadrados en el ala de aislamiento, una medida requerida para su seguridad y la de sus familiares, en una instalación que alberga a 754 reclusos. La entrada probablemente se realizará por una puerta discreta, como la de entregas, para evitar a los medios, aunque la llegada se transmitirá en vivo, lo que podría provocar una bienvenida ruidosa de otros prisioneros. Exige un trato ordinario sin privilegios, pero se necesitan adaptaciones debido al ruido constante, los olores a comida y productos de limpieza, y posibles dificultades para dormir en la primera noche.
Emmanuel Macron, que se reunió con él en el Elíseo el viernes 17 de octubre, calificó el encuentro de 'normal, a nivel humano', al tiempo que reafirmaba la independencia judicial. El ministro de Justicia Gérald Darmanin, un excolaborador, planea visitar para verificar las condiciones de seguridad, expresando 'mucha tristeza' y enfatizando el derecho del ministro a inspeccionar cualquier prisión. Esta acción irrita a la Unión de Magistrados, que la ve como una 'mezcla de roles' y una 'maniobra mediática'. Los partidarios de derecha, conmocionados por la ejecución provisional a pesar de la apelación, la comparan con un escándalo judicial, mientras que los detractores destacan una violación de la presunción de inocencia. Los hijos de Sarkozy convocan una manifestación de apoyo para la mañana del martes.