Cientos de jóvenes radicales abertzales protagonizaron graves disturbios en Vitoria el 12 de octubre, atacando una concentración de la Falange y enfrentándose a la Ertzaintza. El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, ha reconocido la necesidad de prestar mayor atención a esta violencia urbana organizada. Los incidentes han generado heridos, detenciones y críticas políticas por la supuesta complicidad de EH Bildu.
El 12 de octubre, el centro de Vitoria se convirtió en escenario de casi tres horas de enfrentamientos entre manifestantes 'antifascistas', la Ertzaintza y unos doscientos falangistas. Según informes policiales, entre 500 y 600 jóvenes radicales, coordinados en una acción previa, superaron el cordón policial para arremeter contra la concentración de la Falange, obligando a la policía a desplegar todo su material antidisturbios.
El balance fue de casi cuarenta heridos, veinte de ellos ertzainas; diecinueve detenciones de radicales procedentes de las tres provincias vascas y Francia; y daños superiores a 20.000 euros. La Ertzaintza investiga además el hallazgo de una bolsa con 5.600 euros en billetes y un ordenador en el coche de un presunto manifestante, posiblemente un líder de esta 'guerrilla urbana'.
Bingen Zupiria, consejero de Seguridad desde julio de 2024, ha calificado los hechos de 'violencia organizada y preparación previa'. Los promotores, militantes de grupos como Aske (que agrupa a Jardun y Jarki) y el Movimiento Socialista, celebran los incidentes como 'victorias'. Kai Karasatorre, portavoz de Aske, escribió en redes: 'No podemos entender lo de Vitoria como un hecho aislado, sino como un ejemplo de cómo los Trabajadores Vascos podemos volver a hacer nuestras las calles a través de la lucha'.
Estos grupos surgieron de la escisión de las juventudes abertzales en 2016: uno añora el Movimiento de Liberación Nacional Vasco y exige amnistía para presos de ETA, mientras el otro adopta un marxismo leninista con ambiciones europeas. Fernando Vaquero, autor de 'Bolcheviques. De ETA al Movimiento Socialista', destaca su potencial movilizador, aunque nota diferencias en estrategias violentas.
Los disturbios evocan la kale borroka de los años 80 y siguen a incidentes previos, como el boicot a La Vuelta en Bilbao el 3 de septiembre y protestas contra el 'genocidio de Israel en Palestina' el 15 de octubre. El PNV denuncia la complicidad de EH Bildu, mientras el sindicato SIPE critica decisiones operativas. Peio Ormazabal, del Movimiento Socialista, tacha a la Ertzaintza de 'fascista vasco' por proteger a los falangistas.