La historia inusual del festival '1.000 razones para creer' respaldado por Estrosi
El festival '1.000 Razones para Creer', que promueve la fe cristiana, es el tema de una curiosa historia reportada por Le Monde. Respaldado por el alcalde de Niza, Christian Estrosi, el evento plantea preguntas sobre su organización y financiación. El artículo profundiza en los orígenes y controversias que rodean esta iniciativa.
El festival '1.000 Razones para Creer' tuvo lugar recientemente en Niza, bajo el patrocinio de Christian Estrosi, alcalde de la ciudad. Según un artículo de Le Monde publicado el 4 de octubre de 2025, el evento busca promover la fe cristiana a través de conferencias, testimonios y actividades familiares. Lanzado en 2023, ha atraído a varios miles de participantes en ediciones anteriores.
La historia del festival es descrita como 'divertida' o inusual por el periódico, debido a sus orígenes inesperados. Inicialmente concebido como una modesta reunión por asociaciones cristianas locales, rápidamente obtuvo el apoyo oficial del municipio. Christian Estrosi, conocido por su compromiso con el diálogo interreligioso, inauguró el evento en 2024, declarando: 'Este festival es una maravillosa oportunidad para celebrar los valores cristianos que dan forma a la identidad de nuestra ciudad.'
Sin embargo, persisten preguntas sobre la financiación. Se concedieron subvenciones públicas, lo que provocó debates en el consejo municipal. Algunos concejales de la oposición criticaron la asignación, argumentando que favorece a una religión sobre el laicismo francés. Le Monde informa que el presupuesto de la edición 2025 es de alrededor de 200.000 euros, en parte de fondos municipales.
A pesar de estas controversias, los organizadores destacan el impacto positivo del festival. 'Ofrecemos 1.000 razones para creer, pero sobre todo un espacio para el encuentro y la reflexión', explica un portavoz citado en el artículo. El evento se celebra anualmente en octubre, coincidiendo con fiestas religiosas cristianas.
En contexto, Niza, una ciudad cosmopolita en el sur de Francia, alberga una comunidad cristiana activa junto con otras fes. El apoyo de Estrosi encaja en una política local de inclusión, aunque criticada por enfatizar el cristianismo. El artículo de Le Monde destaca cómo este evento ilustra las tensiones entre la fe y el laicismo en la Francia contemporánea.