Crisis del agua en São Paulo escala a alerta

A siete semanas del verano, la crisis del agua en el estado de São Paulo se intensifica con niveles bajos en los embalses y medidas de contención en planificación. El sistema Cantareira registró su nivel más bajo de septiembre en diez años, afectando a 9 millones de personas en la región metropolitana. Expertos advierten de la necesidad de acciones rápidas para evitar el racionamiento.

A medida que se acerca el verano, cuando el consumo de agua aumenta, la crisis del agua en São Paulo está lejos de remitir. Los niveles bajos en los embalses y las acciones de contención adoptadas o planificadas crean un escenario cada vez más incierto. En el interior del estado, ciudades como Americana y Amparo han declarado emergencias hídricas y buscan fuentes alternativas. La sequía también afecta a las plantas hidroeléctricas, como en la cuenca del Río Grande, que operan a baja capacidad.

El sistema Cantareira, que abastece a 9 millones de personas en la región metropolitana, alcanzó el 29,5% de su nivel en septiembre, el más bajo en diez años. Medidas como la reducción de presión durante diez horas diarias, de 7 p. m. a 5 a. m., ya causan escasez de agua para los residentes sin capacidad de almacenamiento, especialmente en barrios altos o alejados de los centros de distribución.

El gobierno de Tarcísio de Freitas (Republicanos) afirma que estas restricciones lograron un ahorro récord de agua. Para evitar el racionamiento por turnos, la administración planea extender las reducciones de presión hasta 16 horas diarias en franjas variables. Sabesp, la empresa estatal de agua, registró un pico en los retiros del sistema, superando el promedio de ocho años, según datos oficiales. La empresa atribuye esto al crecimiento de la población atendida y ajustes operativos, aunque técnicos sugieren un consumo más alto o pérdidas en la distribución.

Lluvias intensas sobre los embalses, esperadas esta primavera, son esenciales para el alivio. Mientras tanto, campañas para un uso consciente y reducciones de presión equilibradas buscan minimizar las interrupciones. A largo plazo, los efectos del cambio climático requieren inversiones en reemplazos de tuberías para reducir el desperdicio, promover el reuso del agua, proteger manantiales, integrar cuencas e impulsar una planificación urbana más audaz, como el uso de agua de alcantarillado tratada.

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