Microsoft ha implementado actualizaciones forzadas para las aplicaciones en la Microsoft Store de Windows 11, priorizando mejoras en la seguridad. Este cambio ha generado insatisfacción entre algunos usuarios que prefieren tener más control sobre su software. La política refleja un equilibrio entre una mejor protección y la elección del usuario.
En una actualización reciente de Windows 11, Microsoft ahora actualiza automáticamente las aplicaciones descargadas de la Microsoft Store sin intervención del usuario. Esta medida busca reforzar la seguridad asegurando que las apps se mantengan al día con los últimos parches y correcciones.
La decisión subraya una tensión más amplia en la gestión de software: mejorar la seguridad del sistema a costa potencial de la autonomía del usuario. Como se describe en la cobertura de TechRadar, se trata de 'un caso en el que una mejor seguridad prevalece sobre la elección'. Los usuarios que valoran la capacidad de retrasar o gestionar actualizaciones manualmente han expresado frustración, destacando preocupaciones sobre cambios forzados en sus sistemas.
Publicado el 22 de octubre de 2025, el informe señala que, aunque las actualizaciones están destinadas a mitigar vulnerabilidades, no todos reciben con agrado la falta de opciones para optar por no participar. Este desarrollo sigue los esfuerzos continuos de Microsoft para simplificar la seguridad en su sistema operativo, aunque podría alejar a parte de su base de usuarios acostumbrada a mayor flexibilidad.