Durante la revisión del presupuesto de 2026, los diputados de la Asamblea Nacional francesa adoptaron el martes por la noche una enmienda de LFI para gravar las ganancias realmente realizadas por multinacionales en Francia, estimadas en 26.000 millones de euros por los partidarios. Respaldada por una alianza izquierda-RN, sigue al doble del impuesto GAFA del 3% al 6%, a pesar de la fuerte oposición del gobierno que denuncia una puja fiscal excesiva. Estos votos podrían generar más de 20.000 millones de euros para el Estado, pero podrían ser revocados en el Senado.
El martes por la noche, durante los debates sobre la sección de ingresos del proyecto de ley de finanzas de 2026, una inusual alianza izquierda-extrema derecha permitió la adopción de una enmienda de LFI. Esta medida establece un 'impuesto universal' a las multinacionales, gravando sus ganancias de manera proporcional a su actividad real en Francia, no a sus declaraciones fiscales. Inspirada en el trabajo del economista Gabriel Zucman y Attac, busca combatir la evasión y optimización fiscal de los grandes grupos. Partidarios como el diputado RN Jean-Philippe Tanguy estiman que generaría 26.000 millones de euros anuales, llamándolo 'justicia' contra 'delincuentes de cuello blanco'.
El gobierno se opuso con fuerza, con el ministro de Economía Roland Lescure advirtiendo de '20.000 millones de euros de problemas' para Francia, violando 125 tratados fiscales internacionales y las normas de la OCDE. Bercy considera el esquema 'inaplicable', arriesgando el aislamiento y perjudicando la competitividad de las empresas francesas. La derecha y el centro, a través de figuras como Xavier Bertrand, denuncian una 'feria de disparates fiscales' y 'locura fiscal' secuestrada por LFI y RN.
Mientras tanto, los diputados votaron duplicar el impuesto GAFA del 3% al 6% a gigantes tecnológicos como Starbucks, a pesar de temores de represalias de la administración Trump. El presidente de Medef, Patrick Martin, reaccionó en X criticando esta 'acumulación fiscal' que oculta el fracaso en el control del gasto público. Adoptadas en primera lectura, estas enmiendas enfrentan el escrutinio del Senado bajo una mayoría de derecha, donde su destino es incierto, con el relator general Philippe Juvin cuestionando su solidez legal.
