Artículo de opinión insta a repensar el diseño urbano para la resiliencia climática
El Dr. Rob Moir argumenta en una opinión invitada que el cambio climático intensifica las tormentas e inundaciones a través del aire más cálido y las superficies urbanas impermeables. Llama a reconectar con los ciclos naturales de tierra y agua para construir ciudades resilientes. Soluciones como pavimentos permeables y jardines de lluvia podrían mitigar los riesgos.
El cambio climático está alterando los patrones de tormentas, con la atmósfera reteniendo aproximadamente un 7 por ciento más de humedad por cada 1°C de calentamiento, lo que lleva a ráfagas de lluvia más intensas en intervalos más cortos. Como describe el Dr. Rob Moir, presidente del Ocean River Institute en Cambridge, Massachusetts, las islas de calor urbanas —creadas por el asfalto y el concreto— agravan esto al absorber y radiar calor, extrayendo humedad del suelo y preparando la atmósfera para eventos destructivos.
Moir explica una paradoja: mientras algunas áreas se secan, otras enfrentan inundaciones catastróficas porque los paisajes duros reemplazan a los absorbentes naturales como bosques y humedales. 'Cuatro pulgadas de suelo vivo pueden absorber siete pulgadas de lluvia', señala, destacando cómo las plantas sanas de raíces profundas y los microbios del suelo forman una esponja que une las partículas con glomalina, el pegamento de la naturaleza. Sin embargo, el escurrimiento de agua pluvial sobre superficies impermeables transporta calor y contaminantes a ríos y océanos, fortaleciendo corrientes como la del Golfo y calentando regiones distantes, incluido el Ártico.
Este escurrimiento amenaza a los vecindarios bajos, desplazando residentes, especialmente comunidades de bajos ingresos, y sobrecargando la infraestructura a pesar de las inversiones en drenaje. Moir recurre a la historia, citando los canales y terrazas de la antigua Babilonia que aprovechaban las inundaciones para el crecimiento. Hoy, aboga por adaptaciones modernas: pavimentos permeables, jardines de lluvia, humedales restaurados y techos verdes para capturar agua, recargar acuíferos y enfriar las ciudades.
El escepticismo sobre estas soluciones es comprensible en medio de cambios profundos, pero Moir enfatiza acciones incrementales —nutrir el suelo, plantar y abogar por infraestructura verde— como clave para la resiliencia. 'La tierra no es meramente un telón de fondo para el esfuerzo humano: es una socia viva y dinámica', escribe, instando a una reconexión con los ritmos de la tierra y el agua para revertir las impactos climáticos.