Cinco meses antes de las elecciones municipales de París los días 15 y 22 de marzo de 2026, la derecha se divide tras el apoyo de Renaissance a Pierre-Yves Bournazel por encima de Rachida Dati. En la izquierda, las negociaciones entre socialistas y ecologistas para una lista única están estancadas por la implicación de La France insoumise. Tras casi 25 años de gobierno socialista, parece probable una alternancia.
Las fuerzas políticas parisinas se posicionan para la carrera hacia el Ayuntamiento, con grandes apuestas cinco meses antes de la votación. Todos los partidos coinciden en la probabilidad de una alternancia tras casi 25 años de gobierno del Partido Socialista (PS) bajo Anne Hidalgo.
En la derecha, la decisión de Renaissance de apoyar a Pierre-Yves Bournazel en lugar de Rachida Dati acentúa las divisiones, haciendo concebible un giro a la derecha. Esto contribuye a un inicio disperso entre los candidatos.
En la izquierda, la búsqueda de una unión en la primera vuelta sigue siendo incierta. Anne Hidalgo anunció hace casi un año que no se presentaría a la reelección, pero su sucesión sigue sin resolverse dentro de la mayoría municipal. Socialistas, ecologistas y comunistas aspiran a una lista única, pero las negociaciones avanzan lentamente, particularmente entre el PS y Les Écologistes, que disputan el liderazgo. Comunistas y el partido Place publique quedan relegados al papel de observadores impacientes, sin atreverse aún a tomar partido. La gran incógnita radica en la presencia de La France insoumise (LFI), que complica las conversaciones entre socialistas y ecologistas.
Esta situación pone de relieve los obstáculos por superar para conquistar el Hôtel de Ville, donde todos los candidatos tienen puestas sus miras.