Las investigaciones en curso sobre escándalos en la policía y las agencias de inteligencia de Sudáfrica destacan la necesidad urgente de una reforma completa del aparato de seguridad. Los expertos argumentan que la corrupción profundamente arraigada refleja los problemas del ANC en el poder y requiere romper los lazos políticos con los nombramientos. Con cambios políticos inminentes, rediseñar estas instituciones podría abordar mejor las amenazas modernas como el crimen violento y los ciberataques.
Comisiones e investigaciones recientes han expuesto una corrupción generalizada en el sector de seguridad de Sudáfrica, provocando llamadas a una reforma radical. La Comisión Madlanga, que comenzó audiencias en Pretoria el 17 de septiembre, y un comité ad hoc parlamentario están investigando las alegaciones del teniente general Nhlanhla Mkhwanazi contra el ministro de Policía suspendido Senzo Mchunu, incluyendo sus contactos con criminales violentos conocidos.
Los testimonios han revelado abusos de poder impactantes. Un empleado de la Agencia de Seguridad del Estado fue ordenado a retirar millones de rands en efectivo para el exministro David Mahlobo, quien ha regresado al gobierno bajo un presidente que promete renovación. La comisionada de policía suspendida de Mpumalanga, teniente general Daphney Manamela, exigió regalos de las estaciones que visitaba, mientras que el mayor general de la SANDF Edward Mulaudzi usó un camión militar para viajar 1.200 km y remover tocones de árboles de su casa.
El comisionado nacional de policía Fannie Masemola testificó que disentir con la orden ilegal de Mchunu de cerrar el Equipo de Tareas de Asesinatos Políticos habría sido "limitante para la carrera". El profesor William Gumede, escribiendo en el Sunday Times, aboga por cerrar todo el aparato de inteligencia e involucrar a un outsider para reconstruirlo, citando precedentes como la disolución de la agencia corrupta en Colombia y las transiciones post-apartheid en Sudáfrica y Alemania.
Los reformadores enfatizan la necesidad de romper la influencia política sobre los nombramientos para garantizar mérito e integridad. Líderes actuales como Bheki Cele y Jackie Selebi ascendieron por lazos con el ANC, pero futuros jefes deben ser apolíticos. Con el dominio del ANC en declive, las instituciones deben abordar amenazas crecientes, incluyendo el tráfico de drogas y armas, actores no estatales y ciberataques. Sin embargo, partidos como el ANC, el MK Party a través de Jacob Zuma y el EFF mediante los lazos de Julius Malema con el mayor general de la SAPS Feroz Khan pueden resistir el cambio, subrayando la necesidad de advocacy público.