Las vacunas contra el COVID vinculadas a un menor riesgo de COVID prolongado en nuevo estudio
Un estudio reciente publicado el 2 de octubre de 2025 indica que las vacunaciones contra el COVID-19 reducen significativamente el riesgo de desarrollar COVID prolongado. Los investigadores analizaron datos de más de 1 millón de pacientes, encontrando una reducción del 50% en la incidencia entre los vacunados. Los hallazgos destacan los beneficios continuos de la vacunación incluso después de la fase aguda de la infección.
El 2 de octubre de 2025, científicos de la Universidad de California, San Francisco (UCSF) publicaron un estudio en la revista Nature Medicine que examina el impacto de las vacunas contra el COVID-19 en los resultados del COVID prolongado. La investigación se basó en registros electrónicos de salud de 1.200.000 adultos que dieron positivo en COVID-19 entre 2020 y 2024. Los resultados clave mostraron que las personas que recibieron al menos dos dosis de vacunas de ARNm, como Pfizer-BioNTech o Moderna, experimentaron un riesgo 50% menor de COVID prolongado en comparación con sus pares no vacunados. El COVID prolongado se definió como síntomas persistentes que duran más de 12 semanas, incluyendo fatiga, dificultad para respirar y problemas cognitivos.
La investigadora principal, la Dra. Emily Chen, declaró: 'Nuestro análisis confirma que la vacunación no solo previene enfermedades iniciales graves, sino que también mitiga los efectos debilitantes del COVID prolongado'. El estudio controló variables como la edad, comorbilidades y cepas variantes, con una efectividad que se mantuvo en las olas Delta y Omicron. Entre la cohorte, el 15% de los pacientes no vacunados desarrollaron COVID prolongado, frente al 7,5% de los vacunados.
Informes de apoyo de MedPage Today respaldaron estos hallazgos. Un artículo detalló cómo el rol de la vacuna en la reducción de la persistencia viral podría explicar el efecto protector, citando datos de respuesta inmune del mismo conjunto de datos. Otra pieza discutió implicaciones para la salud pública, señalando que las dosis de refuerzo redujeron aún más el riesgo al 40% en grupos de alto riesgo.
No surgieron contradicciones importantes entre las fuentes; todas coincidieron en la cifra del 50% y el tamaño de la muestra. El contexto de fondo incluye estudios previos de 2022-2024 que sugerían vínculos similares pero con cohortes más pequeñas de menos de 500.000. Esta investigación a mayor escala fortalece la base de evidencia en medio de las tasas de vacunación en declive post-pandemia.
Las implicaciones incluyen renovadas llamadas a campañas de refuerzo dirigidas a poblaciones vulnerables. Los expertos en salud advierten que, aunque las vacunas reducen el riesgo, no lo eliminan por completo, enfatizando la necesidad de monitoreo continuo. El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud, sin conflictos de interés reportados.