El Telescopio Espacial James Webb de la NASA ha observado un disco rico en carbono que rodea al exoplaneta CT Cha b, a 625 años luz de la Tierra, que potencialmente sirve como fábrica de lunas. El disco, separado del propio disco de la estrella, ofrece perspectivas sobre la formación temprana de planetas y lunas. El joven sistema estelar tiene solo 2 millones de años.
El Telescopio Espacial James Webb ha proporcionado las primeras mediciones directas de la composición química y las condiciones físicas en un posible disco formador de lunas alrededor del masivo exoplaneta CT Cha b. Ubicado a 625 años luz de distancia, este disco rico en carbono rodea al planeta, que orbita una estrella de solo 2 millones de años. Aunque no se detectaron lunas, el entorno sugiere un lugar de nacimiento para futuras lunas, iluminando cómo se forman los satélites naturales.
El estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, destaca que el planeta y su estrella están separados por 46 mil millones de millas, lo que indica discos de actividad separados. La estrella continúa acumulando material de su disco más grande, mientras que el disco de CT Cha b muestra una composición distinta. Los investigadores utilizaron el Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) de Webb y un espectrógrafo de resolución media, aplicando imagen de alto contraste para aislar el tenue brillo del planeta de la luminosidad de la estrella.
El análisis reveló siete moléculas portadoras de carbono en el disco, incluyendo acetileno (C2H2) y benceno (C6H6). Esto contrasta fuertemente con el disco de la estrella, que contiene agua pero carece de carbono, ilustrando una rápida evolución química en 2 millones de años. "Podemos ver evidencia del disco alrededor del compañero, y podemos estudiar la química por primera vez. No solo estamos presenciando la formación de lunas, sino también la formación de este planeta", dijo la coautora principal Sierra Grant de la Carnegie Institution for Science.
"Estamos viendo qué material se está acumulando para construir el planeta y las lunas", añadió el autor principal Gabriele Cugno de la Universidad de Zúrich. Los hallazgos trazan paralelos con las grandes lunas de Júpiter —Io, Europa, Ganímedes y Calisto—, que probablemente se formaron de un disco similar hace miles de millones de años. "Queremos aprender más sobre cómo nuestro sistema solar formó lunas... Webb nos permite presenciar el drama de la formación de lunas", señaló Cugno.
El equipo planea más observaciones de Webb de sistemas planetarios jóvenes para explorar la diversidad de discos y los procesos de formación de lunas.