El peronismo argentino ha perdido seis de las últimas siete elecciones nacionales, culminando en un reciente papelón electoral atribuido a su creciente distancia de la gente y arraigo en el pasado. En las legislativas recientes, La Libertad Avanza (LLA) logró una victoria al canalizar el sufrimiento colectivo en una narrativa de redención a través del sacrificio. La abstención del 34% de los votantes refleja un agotamiento emocional en la democracia.
Las elecciones legislativas de octubre de 2025 marcaron otra derrota para el peronismo, que ha perdido seis de las últimas siete contiendas nacionales. Según analistas, esta pérdida se debe a que el peronismo está "cada vez más lejos de la gente y sigue en el pasado", cuestionando si el problema radica en la boleta única como algunos argumentan.
La victoria de La Libertad Avanza (LLA), liderada por Javier Milei, se explica por su capacidad para transformar el dolor cotidiano en una narrativa política. El autor Diego Lo Destro describe cómo LLA convirtió el sufrimiento en "prueba de carácter", prometiendo que "vas a merecerlo si resistís". Esto resuena con la sensibilidad argentina, evocada en la letra de Roberto Goyeneche: "Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir, y al fin andar sin pensamiento".
El 34% de abstención electoral, con solo el 66% de votantes participando, indica un "vaciamiento de las pasiones políticas", según Chantal Mouffe, donde la democracia se percibe como una rutina sin impacto real. Lo Destro señala que "entre la fatiga y la fe se configuró el escenario político actual", recordando a Edmund Burke: "para que los malvados triunfen basta con que los buenos no hagan nada". Esta desafección no es mera apatía, sino un retiro por descreimiento, contrastando con la movilización de una minoría en torno a la fe en el sacrificio neoliberal, como describe Jessé Souza.
El desafío radica en repolitizar las pasiones para devolver potencia emancipadora al deseo colectivo, en un contexto de agotamiento y cinismo.