Desde septiembre de 2022, los escolares rusos están obligados a asistir a lecciones semanales llamadas 'Conversaciones sobre temas importantes', que promueven la narrativa del gobierno sobre la guerra en Ucrania. Estas sesiones obligatorias, a las que asisten 18 millones de estudiantes de 6 a 18 años, enmarcan el conflicto como una defensa contra neonazis y justifican las acciones en Crimea. El programa utiliza narraciones emocionales y guías guionizadas para inculcar valores militaristas.
La iniciativa 'Conversaciones sobre temas importantes' comenzó el 5 de septiembre de 2022, seis meses después de que los tanques rusos entraran en Ucrania el 24 de febrero de 2022. Todos los lunes durante la primera hora, los estudiantes de primer a undécimo grado aprenden temas como servir a la patria, restaurar la justicia histórica en Crimea y retratar a los soldados rusos como verdaderos héroes en comparación con los ficticios occidentales. Para octubre de 2025, los estudiantes habían asistido a 102 lecciones de este tipo, según materiales obtenidos por un periodista emigrado ruso que analizó libros de texto y planes de lección compartidos por un estudiante actual.
Las guías del programa, distribuidas semanalmente desde Moscú, proporcionan a los profesores preguntas y respuestas preescritas para evitar el pensamiento independiente. Su objetivo declarado es fomentar cualidades morales como el honor y la responsabilidad, pero el contenido prioriza la obediencia a las visiones históricas de Putin. Por ejemplo, una lección sobre el 80 aniversario de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial instruye a los profesores a evocar la vida en los pueblos antes de la guerra antes de preguntar: “¿Qué cualidades se necesitan hoy por parte de los combatientes rusos que luchan por la Madre Patria contra los neonazis ucranianos en la zona de la Operación Militar Especial?” La guía añade: “Nuestros militares que participan hoy en la ‘operación militar especial’ continúan las grandes tradiciones de sus abuelos y bisabuelos, luchando por la justicia con honor y coraje.”
Sobre Crimea, anexada en 2014, las lecciones describen la toma como “restauración de la justicia histórica” y un “regreso al hogar familiar”. Los profesores deben citar a Putin: “En Crimea, literalmente todo está impregnado de nuestra historia y orgullo común. Aquí está la antigua Quersoneso, donde se bautizó el santo príncipe Vladimir. … Crimea es Sebastopol, una ciudad de leyenda, una ciudad de gran destino, una ciudad fortaleza y lugar de nacimiento de la Flota del Mar Negro rusa.” El referéndum de 2014 se presenta como un voto libre de los residentes, omitiendo la presencia de soldados rusos.
Las técnicas de propaganda incluyen configuraciones emocionales, dicotomías falsas entre Rusia y Occidente, y contenido específico por edad: desde cuentos de hadas para niños pequeños hasta geopolítica para adolescentes. Los videos presentan figuras como el 'corresponsal de guerra Z' Evgeny Poddubny, quien dice: “Un héroe es alguien dispuesto a sacrificarse por los demás”, y el director Nikita Mikhalkov, contrastando héroes rusos reales con la ficción occidental: “Estos no son Bruce Lee, ni transformadores, ni Schwarzeneggers. Son personas diferentes. Pero son personas. Y la sangre allí no es kétchup, sino real. Y la muerte es real.”
Este esfuerzo se extiende a integrar veteranos militares en la enseñanza a través del fondo 'Defensores de la Patria', establecido por el decreto de Putin de abril de 2023. El programa opera en territorios ucranianos ocupados, obligando a los niños locales a adoptar el currículo. Existe resistencia de los profesores, pero conlleva el riesgo de despido, ya que la implementación es obligatoria. Los críticos, incluido el autor del artículo, argumentan que viola la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño al priorizar la preparación para la guerra sobre la educación en derechos humanos, convirtiendo las escuelas en herramientas para el militarismo y la xenofobia.