Las reservas naturales provinciales de Sudáfrica, vitales para la conservación de la biodiversidad, se están deteriorando debido a la falta de fondos, el furtivismo y la mala gestión. Un informe reciente destaca fallos sistémicos en todas las provincias, amenazando el potencial ecológico y económico. Se necesitan reformas urgentes para cumplir con las obligaciones nacionales e internacionales.
Las reservas naturales provinciales de Sudáfrica, antaño protectoras clave de la rica biodiversidad del país, están ahora en caída libre en medio de una crónica falta de fondos, infraestructura colapsada y escasez de personal. El informe de la EMS Foundation detalla cómo las carreteras se han vuelto intransitables, las vallas se han derrumbado y los alojamientos se pudren, lo que ha llevado a muchas reservas a cerrar indefinidamente. Algunas solo existen en el papel, invadidas por pastoreo ilegal, asentamientos, furtivismo y especies invasoras como el black wattle y el Port Jackson.
El furtivismo y las trampas son rampantes, agravados por el desempleo y una aplicación débil de la ley. En Limpopo y Mpumalanga, el personal informa de meses sin paga; Ezemvelo KZN Wildlife en KwaZulu-Natal enfrenta mala gestión y un aumento en las muertes de rinocerontes. Las provincias de North West y Free State han cambiado el enfoque hacia la caza comercial y subastas, suspendiendo el acceso público durante las temporadas y priorizando ingresos sobre la ecología. Casos específicos incluyen la Reserva Natural de Modjadji, cerrada desde 2019 y ahora infestada de furtivos, y las reservas de Akkerendam y Hans Merensky sin personal.
Las tensiones comunitarias exacerban los problemas. Reclamaciones de tierra no resueltas han provocado conflictos, como disputas violentas en Dwesa-Cwebe en el Eastern Cape y la quema en 2021 del lodge de Mthethomusha en Mpumalanga. Las invasiones de tierra azotan Ndumo en KZN y Songimvelo en Mpumalanga. El informe enfatiza que sin beneficios compartidos, las comunidades no ven incentivos para proteger las reservas.
La mala gestión financiera, incluyendo gastos irregulares y corrupción, agrava el problema, con fondos a menudo desviados. Una revisión de 2018 señaló déficits presupuestarios, pero las condiciones han empeorado. Como afirma el informe: “Sin una intervención urgente, coordinada y reformada, los objetivos de conservación de Sudáfrica no se cumplirán.”
Historias de éxito como Madikwe en North West y Goegap en Northern Cape muestran potencial a través de asociaciones y financiamiento. Las soluciones propuestas incluyen estabilizar las finanzas con subvenciones ligadas al rendimiento, rehabilitar la infraestructura, reconstruir el personal, resolver disputas comunitarias y fortalecer la supervisión nacional bajo la Ley de Gestión Ambiental Nacional: Áreas Protegidas.