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El maltrato estatal a las asociaciones obstaculiza su rol en las movilizaciones

30 de septiembre de 2025
Reportado por IA

El politólogo Julien Talpin explica en Le Monde cómo el trato del Estado a las asociaciones limita su capacidad para organizar la ira pública en las calles. Argumenta que esta política debilita la democracia al obstaculizar a actores clave de la sociedad civil. El artículo destaca ejemplos concretos de esta dinámica.

En un artículo publicado el 29 de septiembre de 2025 en Le Monde, Julien Talpin, politólogo e investigador del CNRS, examina el impacto del maltrato del Estado francés a las asociaciones en su capacidad para movilizar a la sociedad. Talpin destaca que las asociaciones, a menudo en primera línea para canalizar las frustraciones sociales, enfrentan una serie de medidas restrictivas que las debilitan financieramente y administrativamente.

«La forma en que el Estado maltrata a las asociaciones afecta su capacidad para organizar la ira de la calle», afirma Talpin, señalando reformas recientes como la ley de separatismo de 2021 o los recortes en los subsidios públicos. Estas políticas, argumenta, buscan controlar o desalentar iniciativas ciudadanas críticas, particularmente aquellas relacionadas con los derechos humanos, el medio ambiente o la justicia social.

Talpin proporciona contexto histórico: desde la década de 2010, los gobiernos sucesivos han multiplicado las auditorías, controles fiscales y negativas de financiación para asociaciones consideradas demasiado militantes. Por ejemplo, grupos como Attac o Greenpeace han visto reducidos sus subsidios, limitando su organización de acciones callejeras. «Estas asociaciones son intermediarios esenciales entre la base popular y las instituciones; al debilitarlas, privamos a la democracia de sus válvulas de seguridad», explica.

El artículo también discute implicaciones más amplias: una sociedad civil debilitada podría llevar a explosiones de ira no canalizada, aumentando los riesgos de violencia esporádica en lugar de movilizaciones estructuradas. Talpin llama a un mayor reconocimiento del rol de las asociaciones para fortalecer la vitalidad democrática, basándose en estudios empíricos de su investigación sin juicios partidistas.

Aunque el artículo es una pieza de opinión, se basa en hechos observados de movimientos como los Chalecos Amarillos, donde las asociaciones jugaron un rol pivotal a pesar de los obstáculos.

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