Científicos han descubierto que un nematodo parásito minúsculo emplea electricidad estática para saltar sobre insectos voladores, aumentando drásticamente su éxito en la caza. La investigación, que involucra imágenes de alta velocidad y modelos matemáticos, revela cómo las fuerzas electrostáticas permiten al gusano superar brechas en el aire. Este hallazgo resalta el papel de las interacciones eléctricas invisibles en la supervivencia de pequeños organismos.
El nematodo Steinernema carpocapsae, un gusano parásito encontrado en suelos de todo el mundo excepto en los polos, puede saltar hasta 25 veces su longitud corporal —equivalente a un humano saltando sobre un edificio de 10 pisos— mientras rota a 1.000 veces por segundo. Al detectar un insecto por encima, se enrosca en un lazo y se lanza. Si tiene éxito, entra en el huésped a través de una abertura natural, deposita bacterias simbióticas que matan al insecto en 48 horas y se alimenta de las bacterias y el tejido para poner huevos.
Investigadores de la Universidad de Emory y la Universidad de California, Berkeley, publicaron sus hallazgos en los Proceedings of the National Academy of Sciences. Utilizaron cámaras de alta velocidad que capturan 10.000 fotogramas por segundo para registrar las trayectorias del gusano hacia moscas de la fruta cargadas. El coautor Justin Burton, profesor de física en Emory, explicó: "Hemos identificado el mecanismo electrostático que este gusano usa para acertar a su objetivo, y hemos demostrado la importancia de este mecanismo para la supervivencia del gusano. Un voltaje más alto, combinado con una ligera brisa, aumenta enormemente las probabilidades de que un gusano saltador se conecte con un insecto volador."
El mecanismo clave es la inducción electrostática: las alas de un insecto generan un campo eléctrico de varios cientos de voltios al moverse por el aire, induciendo una carga opuesta en el gusano para la atracción. Victor Ortega-Jiménez, profesor asistente de biomecánica en UC Berkeley que lideró los experimentos, señaló: "Podrías esperar encontrar grandes descubrimientos en animales grandes, pero los pequeños también guardan muchos secretos interesantes."
El modelado matemático de Ranjiangshang Ran mostró que sin electrostática, solo uno de cada 19 saltos tenía éxito. Una carga de 100 voltios arrojó menos del 10% de éxito, mientras que 800 voltios lo elevaron al 80%. Incluso una brisa ligera de 0,2 metros por segundo mejoró los resultados aún más. El modelo se alineó con una predicción de 1870 del físico James Clerk Maxwell.
Este trabajo pionero en 'ecología electrostática' se basa en descubrimientos previos como las abejas usando estática para recolectar polen o las arañas explotando cargas en sus telarañas. S. carpocapsae se usa en el control biológico de plagas, y estos conocimientos podrían mejorar sus aplicaciones agrícolas. Como dijo Ortega-Jiménez: "Vivimos en un mundo eléctrico, la electricidad está por todas partes, pero la electrostática de los pequeños organismos sigue siendo en gran parte un enigma."