La Fiscalía de Durango detuvo a Karla Daniela N. y su cómplice Anabel N. por el robo de la bebé Judith Alejandra del Hospital Materno Infantil. La mujer había fingido un embarazo para engañar a su pareja en Estados Unidos y llevó su engaño al extremo secuestrando a la recién nacida. La menor fue abandonada y recuperada en buen estado de salud.
El caso conmocionó a Durango durante dos días, revelando un engaño perturbador. Karla Daniela N. sostuvo durante meses que esperaba un hijo para no perder a su pareja, quien reside en Estados Unidos, y engañó también a su familia con la promesa de un nacimiento. Para mantener la farsa y seguir recibiendo apoyo económico, planeó el robo de una bebé con la ayuda de Anabel N., afanadora del hospital que proporcionó información sobre horarios y condiciones del área de neonatos.
La bebé Judith Alejandra, de un mes de nacida e internada en terapia intensiva, fue sustraída el jueves aprovechando un descuido del personal. Karla Daniela, vestida con ropa azul marino simulando ser enfermera, ocultó a la pequeña en una maleta y salió del hospital alrededor de las cuatro de la tarde. Pidió usar el baño de un local cercano, se cambió de ropa, tomó un taxi y se dirigió a su domicilio en el fraccionamiento Benito Juárez.
Al enterarse de la detención de su cómplice, Karla Daniela abandonó a la bebé en un espacio público del fraccionamiento Hacienda Las Flores. Ciudadanos la encontraron envuelta en una sábana blanca y alertaron a las autoridades. La menor fue llevada a una clínica privada y luego reunida con sus padres; su estado de salud es estable, aunque se confirmó que la agresora le rapó el cabello, un acto calificado como violencia agravada por la Fiscalía General del Estado, encabezada por Sonia de la Garza Fragoso.
La orden de aprehensión se cumplimentó el sábado, y ambas mujeres fueron trasladadas al Centro de Reinserción Social Número 1. Enfrentan cargos por sustracción de menor y secuestro agravado, delitos que podrían derivar en una sentencia ejemplar. El incidente expone fallas graves en los protocolos de seguridad del hospital, incluyendo cuestionamientos a los contratos con la empresa privada de vigilancia.