La relatividad general podría preservar planetas habitables alrededor de enanas blancas
Un nuevo estudio sugiere que la relatividad general de Einstein podría evitar que el calentamiento de marea desestabilice planetas rocosos en las estrechas zonas habitables de las enanas blancas. Los investigadores encontraron que la precesión orbital causada por los efectos de la teoría podría desacoplar planetas interiores de compañeros más grandes, permitiendo que la vida persista durante billones de años. Esto desafía modelos previos que predecían efectos de invernadero descontrolados en tales mundos.
Las enanas blancas, los densos restos de estrellas como nuestro sol después de que se expandan en gigantes rojas y pierdan sus capas externas, se enfrían lentamente durante billones de años. Se han observado planetas gigantes orbitando estos cadáveres estelares, lo que indica que algunos mundos sobreviven las dramáticas agonías de la muerte de la estrella anfitriona. Sin embargo, los planetas rocosos en las estrechas zonas habitables —regiones a pocos millones de kilómetros donde podría existir agua líquida— enfrentan amenazas de interacciones de marea con compañeros más grandes.
Simulaciones anteriores advirtieron que un planeta exterior al menos tan masivo como la Tierra, orbitando dentro de 18 veces la distancia del mundo interior, podría inducir un calentamiento de marea severo. Esta fricción desencadenaría un efecto de invernadero descontrolado, similar al de Venus, haciendo inhabitable el planeta interior.
Pero un estudio de modelado de Eva Stafne y Juliette Becker en la Universidad de Wisconsin-Madison incorpora la relatividad general, revelando un mecanismo protector. La teoría describe cómo los objetos masivos deforman el espacio-tiempo, creando un pozo gravitacional que hace que la órbita del planeta interior precese —rotando lentamente y desalineándose con cualquier compañero exterior—. «La precesión ocurre y desacopla el planeta exterior del planeta interior», explica Stafne, previniendo efectos de marea extremos. «Las simulaciones pasadas no han incluido la relatividad general, pero esto les está diciendo a las personas que la incluyan en estos sistemas cercanos».
Becker añade que las perspectivas mejoran significativamente: «Si agregas la relatividad general, no es tan grave», permitiendo habitabilidad incluso con un planeta exterior del tamaño de Neptuno a distancias comparables.
La astrónoma Mary Anne Limbach de la Universidad de Michigan advierte que tales sistemas siguen siendo especulativos. «Ni siquiera sabemos si hay planetas habitables alrededor de enanas blancas», dice, aunque telescopios como el James Webb Space Telescope están buscando mundos rocosos cerca de estas estrellas. La investigación, publicada en arXiv (DOI: 10.3847/1538-4357/ae07c6), destaca cómo la curvatura del espacio-tiempo podría sostener vida distante bajo condiciones precisas. Limbach especula que cualquier habitante podría comprender la relatividad general más fácilmente que los humanos.