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James Comey es acusado en medio de los esfuerzos de represalia de Trump

29 de septiembre de 2025
Reportado por IA

El exdirector del FBI James Comey ha sido acusado de cargos relacionados con presuntas filtraciones de la investigación sobre Rusia. Esta medida se ve como parte de la campaña más amplia del presidente Trump de represalia política contra adversarios percibidos. Expertos legales advierten que podría socavar la confianza institucional.

El 27 de septiembre de 2025, un gran jurado federal en Washington, D.C., acusó a James Comey, el exdirector del FBI despedido por el presidente Trump en 2017, de cargos por divulgación no autorizada de información clasificada. La acusación se deriva de las presuntas filtraciones de Comey de memorandos que detallan sus interacciones con Trump durante la investigación inicial sobre Rusia, lo que los fiscales afirman que violó las leyes federales sobre el manejo de materiales sensibles.

Según el expediente del Departamento de Justicia, los cargos incluyen un cargo por divulgación ilegal bajo la Ley de Espionaje y dos cargos por hacer declaraciones falsas a investigadores. Los abogados de Comey han calificado la acusación de 'motivada políticamente', argumentando que revive un informe del inspector general de 2017 que lo exoneró de irregularidades graves pero señaló fallos procedimentales. 'Esto es una clara escalada en la represalia de la administración contra aquellos que defendieron el estado de derecho', dijo el abogado de Comey, David Kendall, en un comunicado.

El caso se desarrolla en el contexto de las repetidas promesas de Trump de apuntar a funcionarios involucrados en investigaciones sobre su campaña de 2016. Trump, ahora en su segundo mandato, ha nombrado a Lindsey Halligan como fiscal general interina, quien supervisó la investigación. Halligan, una exabogada de la campaña de Trump, ha enfrentado críticas por su rol en destituciones previas de casos contra aliados de Trump. NPR informa que la acusación marca lo último en una serie de acciones, incluyendo investigaciones a exfuncionarios como John Brennan y Andrew McCabe.

La cobertura de Slate destaca tensiones internas, señalando que Tom Homan, el zar de la frontera de Trump, elogió la medida como 'justicia cumplida' durante una sesión informativa en la Casa Blanca, mientras que críticos como la senadora Elizabeth Warren la denunciaron como 'un asalto a la democracia'. Analistas legales, incluidos los del podcast Amicus de Slate, señalan que aunque los memorandos fueron parcialmente desclasificados en 2017, los nuevos cargos se centran en las comunicaciones privadas de Comey con un amigo, que llevaron a informes mediáticos.

El contexto de fondo revela que la destitución de Comey ocurrió en medio de la controversia sobre su manejo de la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, seguida de su testimonio sobre la interferencia electoral rusa. El informe del inspector general de 2018 criticó a Comey por filtrar pero no encontró intención criminal. No se ha establecido una fecha de juicio, y Comey, de 65 años, no ha comentado públicamente más allá de las declaraciones de su equipo.

Las implicaciones son significativas: los partidarios lo ven como rendición de cuentas por el exceso del FBI, mientras que los opositores temen que enfríe las denuncias de irregularidades y politice la justicia. Como señala un artículo de Slate, 'Esta acusación pone a prueba los límites del poder ejecutivo al apuntar a predecesores'. El evento ocurrió en Washington, D.C., donde los tribunales federales manejan casos de alto perfil.

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