Los científicos proponen que erupciones volcánicas explosivas hace miles de millones de años transportaron agua desde el interior de Marte a sus regiones ecuatoriales, formando gruesas capas de hielo bajo la superficie. Este mecanismo explica el hielo detectado por radar en la zona más caliente del planeta sin depender de cambios en la inclinación axial de Marte. El descubrimiento podría ayudar a futuras misiones humanas al proporcionar recursos de agua accesibles.
Las regiones ecuatoriales de Marte, que experimentan temperaturas diurnas de hasta 20 °C (68 °F), albergan inesperadas gruesas capas de hielo subsuperficial, según datos de radar orbital de los últimos años. La mayor parte del hielo marciano se pensaba anteriormente que se concentraba en los casquetes polares, lo que hace que los depósitos ecuatoriales sean desconcertantes. «Hay esta capa congelada en el ecuador: es extraño porque es la parte más caliente del planeta», dice Saira Hamid de la Universidad Estatal de Arizona.
Hamid y su equipo simularon la antigua actividad volcánica en Marte, cuando el planeta tenía una atmósfera más densa hace miles de millones de años. Sus modelos muestran que las erupciones explosivas podrían expulsar agua, junto con polvo volcánico y azufre, desde el interior hacia la atmósfera. Debido a la menor gravedad de Marte, estas plumas podrían alcanzar los 65 kilómetros de altura, posiblemente extendiéndose al espacio. El agua se congelaría entonces en la atmósfera superior y precipitaría como nieve, acumulándose en capas de hielo. «Es verdaderamente una historia de fuego y hielo», explica Hamid.
Al asentarse, el agua formó hielo compacto y sucio aislado por una capa de ceniza volcánica, que evitó la sublimación al espacio y preservó los depósitos hasta el día de hoy. Un sitio clave es la Formación Fossae de Medusa, una masiva estructura volcánica ecuatorial. «Si derritieras toda el agua que creemos ver en la formación Fossae de Medusa, llenarías los Grandes Lagos. Es mucha agua», señala Tom Watters del Instituto Smithsonian en Washington DC. «La posibilidad de este tipo de depósito rico en hielo ha sido un poco un rompecabezas para muchas personas».
Esta teoría de origen volcánico simplifica las explicaciones, evitando la necesidad de transporte de hielo desde los polos o cambios mayores en la oblicuidad de Marte: su inclinación relativa al sol. La atmósfera más gruesa del ecuador también lo hace ideal para aterrizajes de naves espaciales, y el hielo accesible podría suministrar agua para misiones con tripulación. Sin embargo, Watters advierte prudencia: «En esos viajes iniciales, querrás llevar suficiente agua en caso de que estemos completamente equivocados... Lleva una pala, pero también suficiente agua».
Los hallazgos aparecen en Nature Communications (DOI: 10.1038/s41467-025-63518-8).