Estudio matemático cuestiona el origen natural de la vida

Un nuevo análisis matemático de Robert G. Endres, de Imperial College London, sugiere que la emergencia espontánea de la vida a partir de materia no viva en la Tierra primitiva fue mucho menos probable de lo que se pensaba anteriormente. Utilizando la teoría de la información, la investigación destaca la inmensa improbabilidad de ensamblar una protocélula simple a partir de químicos básicos. Los hallazgos subrayan los desafíos continuos para explicar los orígenes de la vida solo a través de procesos naturales.

Robert G. Endres, investigador en Imperial College London, ha desarrollado un marco matemático para reevaluar una de las preguntas fundamentales de la ciencia: cómo surgió la vida a partir de material no vivo. Publicado en arXiv el 24 de julio de 2025, el estudio titulado 'The unreasonable likelihood of being: origin of life, terraforming, and AI' aplica principios de la teoría de la información y la complejidad algorítmica para modelar la formación de una protocélula —el precursor más simple de una célula viva— en condiciones prebióticas.

Endres compara el proceso con intentar escribir un artículo coherente para un sitio web de ciencia lanzando letras al azar sobre una página. A medida que aumenta la complejidad molecular, la probabilidad de lograr la organización necesaria cae hacia cero. El análisis indica que las reacciones químicas aleatorias y los procesos naturales por sí solos pueden no ser suficientes para explicar la aparición de la vida en el plazo finito disponible en la Tierra primitiva, dado que los sistemas tienden naturalmente hacia el desorden.

Aunque la investigación no considera imposible el origen natural de la vida, argumenta que los modelos existentes probablemente pasan por alto elementos cruciales. Endres enfatiza que identificar los principios físicos que permiten la emergencia de la vida a partir de la no vida sigue siendo un rompecabezas mayor sin resolver en la física biológica. El estudio también aborda la panspermia dirigida, la idea propuesta por Francis Crick y Leslie Orgel de que extraterrestres avanzados podrían haber sembrado la vida en la Tierra. Aunque lógicamente factible, Endres señala que esta hipótesis viola la navaja de Ockham al complicar innecesariamente las explicaciones.

En cambio, el trabajo cuantifica los obstáculos informacionales y organizativos, sugiriendo la necesidad de leyes físicas o mecanismos novedosos para cerrar la brecha. Este enfoque matemático avanza en una comprensión más rigurosa de cómo podrían surgir sistemas vivos, profundizando el misterio de la existencia sin resolverlo.

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