Investigadores han encontrado dientes genuinos desarrollándose en la frente del pez rata manchado, desafiando la idea de que los dientes de los vertebrados evolucionan solo en las mandíbulas. El descubrimiento, detallado en un nuevo estudio, revela que estos dientes en la cabeza comparten orígenes genéticos con los dientes orales y ayudan a los machos en el apareamiento. Este hallazgo remodela la comprensión de la evolución dental en peces cartilaginosos.
El pez rata manchado, un pariente de los tiburones común en el noreste del Océano Pacífico y el Puget Sound, posee una estructura única llamada tenáculo en la frente de los machos adultos. Este apéndice basado en cartílago, que se asemeja a un órgano enganchado cuando se levanta, está forrado con filas de dientes que ayudan a los machos a sujetar a las hembras por la aleta pectoral durante el apareamiento submarino. Los peces rata manchados, parte del grupo de quimeras que se separó de los tiburones hace millones de años, crecen hasta unos 2 pies de largo, con colas que comprenden la mitad de su longitud.
Durante años, los biólogos asumieron que los dientes en vertebrados estaban confinados a las mandíbulas, esenciales para la alimentación. Sin embargo, el estudio del tenáculo ha derrocado esta visión. "Esta característica increíble, absolutamente espectacular, voltea la suposición de larga data en biología evolutiva de que los dientes son estrictamente estructuras orales", dijo Karly Cohen, investigadora postdoctoral de la Universidad de Washington en Friday Harbor Labs. El equipo analizó cientos de peces rata usando escaneos micro-CT y muestras de tejido, comparándolos con fósiles de especies relacionadas.
El desarrollo comienza temprano: ambos sexos forman un precursor del tenáculo, pero en los machos, se elonga, erupciona a través de la piel y brota siete u ocho filas de dientes enganchados arraigados en la lámina dental—una banda de tejido típicamente encontrada solo en las mandíbulas. El análisis genético confirmó que estos son dientes verdaderos, expresando los mismos genes que los dientes orales en vertebrados, a diferencia de los dentículos parecidos a dientes en el cuerpo. "Cuando vimos la lámina dental por primera vez, se nos saltaron los ojos", notó Cohen.
El tenáculo también sirve para exhibición, ahuyentando rivales, y se alinea desarrollamentalmente con los claspers pélvicos usados en el apareamiento. "Tenemos una combinación de datos experimentales con evidencia paleontológica para mostrar cómo estos peces cooptaron un programa preexistente para fabricar dientes", dijo el coautor Michael Coates de la Universidad de Chicago. Esta investigación, financiada por la National Science Foundation y otros, sugiere que los dientes pueden haber evolucionado de manera más dinámica fuera de las mandíbulas, ofreciendo insights en la historia de los vertebrados.
El estudio aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences (2025; 122(37), DOI: 10.1073/pnas.2508054122).