Sudáfrica y Turquía instadas a formar un pacto de libre comercio

El vicepresidente Paul Mashatile asistió recientemente al Foro de Negocios y Económico Turquía-África en Estambul para fortalecer los lazos con Turquía. A pesar de que Sudáfrica es el principal socio comercial de Turquía en el África subsahariana, el comercio bilateral sigue siendo bajo en 2.000 millones de dólares en 2024. Los expertos piden un acuerdo de libre comercio para desbloquear una mayor cooperación económica.

La semana pasada, el vicepresidente Paul Mashatile lideró una delegación ministerial y empresarial sudafricana al Foro de Negocios y Económico Turquía-África bienal en Estambul. La visita tenía como objetivo fortalecer las relaciones bilaterales, incluyendo la primera reunión de la Comisión Binacional entre las dos naciones.

Sudáfrica y Turquía establecieron relaciones diplomáticas en 1993. Como potencias intermedias, han progresado en compromisos políticos y diplomáticos, pero se rezagan en la cooperación económica. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores turco, el comercio bilateral alcanzó los 2.000 millones de dólares y las inversiones los 100 millones de dólares en 2024, a pesar de que Sudáfrica es el mayor socio comercial e inversor de Turquía en el África subsahariana.

El comercio actual incluye exportaciones sudafricanas de carbón, oro, cromo y manganeso a Turquía, mientras que las importaciones desde Turquía consisten en productos petrolíferos, maquinaria y textiles. Para aumentar estas cifras, los analistas recomiendan concluir un Acuerdo de Libre Comercio (ALC), una idea propuesta por primera vez durante la visita del ministro de Asuntos Exteriores turco Ahmet Davutoğlu a Sudáfrica en 2011.

Un ALC reduciría las barreras arancelarias y no arancelarias, fomentando un mayor comercio, un acceso más amplio al mercado para las empresas, la atracción de inversión extranjera, la creación de empleo y una mayor competitividad, productividad e innovación. Sin embargo, Sudáfrica ha expresado preocupaciones sobre la competencia de bienes turcos con la fabricación local. Como parte de la Unión Aduanera de África Austral (SACU) con Botsuana, Lesoto, Namibia y Esuatini (anteriormente Suazilandia), Sudáfrica debe obtener su consentimiento para tales acuerdos debido al arancel externo compartido.

Estos problemas pueden abordarse en las negociaciones. Existen oportunidades en el sector energético, donde empresas turcas podrían unirse a proyectos sudafricanos de energía verde, líneas de transmisión y transporte. La colaboración también podría cubrir la producción de valor agregado, materias primas críticas como los elementos de tierras raras y el aprovechamiento del Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), que abarca 1.300 millones de personas y un PIB de 3,4 billones de dólares.

Para mantener el impulso, los responsables de políticas deberían revitalizar la Comisión Económica Conjunta, celebrada por última vez en 2017, para un compromiso técnico continuo más allá de las reuniones de alto nivel.

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