La UICN rechaza moratoria sobre liberaciones de vida silvestre modificada genéticamente

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha votado en contra de imponer una moratoria para la liberación de especies modificadas genéticamente en la naturaleza con fines de conservación, a pesar de la oposición de grupos indígenas. La decisión, tomada en Abu Dabi, también apoya el uso de la biología sintética en la investigación. Los críticos argumentan que tales tecnologías representan riesgos irreversibles sin salvaguardas y consentimiento adecuados.

Esta semana, los miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de las organizaciones de conservación más grandes del mundo, votaron en Abu Dabi en contra de una moratoria propuesta para la liberación de especies modificadas genéticamente en ecosistemas silvestres con el fin de apoyar los esfuerzos de conservación. En su lugar, aprobaron mociones que favorecen la aplicación de la biología sintética, una tecnología que edita material genético en células vivas. Una moción separada que autoriza la biología sintética para fines de investigación también fue aprobada.

Las decisiones han generado una fuerte reacción negativa de organizaciones lideradas por indígenas, como el Coordinador de Organizaciones Indígenas de la Cuenca del Río Amazonas y Wise Ancestors, así como de grupos internacionales enfocados en la agricultura, la apicultura, la conservación y la biodiversidad. Estos grupos habían presionado por la moratoria, enfatizando la necesidad de salvaguardas éticas. Insisten en que las decisiones que involucran tecnologías de conservación sintética en tierras indígenas deben adherirse al consentimiento libre, previo e informado (CLPI) —un estándar internacional para los derechos indígenas— junto con protocolos para consultas, soberanía de datos y evaluaciones de riesgos.

Dana Perls, gerente senior de alimentos y tecnología en Friends of the Earth, destacó las incertidumbres: “En este momento, la ciencia es nueva y no tenemos datos ni evidencia que sugieran que podría ser segura. En cambio, tenemos evidencia que indica que es altamente riesgosa. Es irreversible.” Agregó: “Las consecuencias no intencionadas pueden impactar permanentemente los ecosistemas, incluyendo personas y animales. Y por lo tanto [no debemos experimentar con la naturaleza] hasta que haya regulaciones precautorias y evaluaciones robustas de riesgos, consentimiento libre y previo informado para los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales para decidir por sí mismos si quieren o no participar en este riesgo.”

El debate se centra en la eficacia y la ética de las especies modificadas genéticamente, que han evolucionado desde los alimentos GM de la era de los años 90 hasta aplicaciones que abordan desafíos impulsados por el clima, como mosquitos portadores de enfermedades. Por ejemplo, en agosto, una organización sin fines de lucro liberó 16.000 mosquitos modificados genéticamente dirigidos a Anopheles gambiae, el vector de la malaria, pero las autoridades detuvieron el proyecto después de una semana.

La miembro de la UICN Susan Lieberman defendió las votaciones: “Estas resoluciones adoptadas por la UICN en Abu Dabi guiarán la política hacia elecciones basadas en evidencia que salvaguarden tanto la naturaleza como el bienestar humano, e incluirán los derechos y el liderazgo de los pueblos indígenas, socios esenciales en cualquier agenda de conservación duradera.” Los proponentes ven la tecnología como vital para combatir la pérdida de biodiversidad en medio del cambio climático, mientras que los opositores advierten de posibles daños ecológicos sin protecciones adecuadas.

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