Investigadores de The Ohio State University han desarrollado memristores orgánicos a partir de hongos shiitake que imitan la actividad neuronal en chips de computadora. Estos dispositivos biodegradables cambian de estados eléctricos miles de veces por segundo mientras usan un mínimo de energía. Los hallazgos, publicados en PLOS One, sugieren potencial para una computación sostenible e inspirada en el cerebro.
En un avance para la bioelectrónica, científicos de The Ohio State University han convertido hongos comestibles en dispositivos de memoria vivos. El equipo cultivó hongos shiitake y button, deshidratándolos y conectándolos a circuitos electrónicos personalizados. Al exponer los hongos a corrientes eléctricas controladas a voltajes y frecuencias variables, los investigadores observaron un comportamiento memristivo similar al de los chips de semiconductores tradicionales.
El autor principal, John LaRocco, un científico investigador en psiquiatría en el College of Medicine de Ohio State, explicó las ventajas: "Poder desarrollar microchips que imiten la actividad neuronal real significa que no necesitas mucha energía en espera o cuando la máquina no se está usando. Eso puede ser una enorme ventaja computacional y económica potencial."
Los experimentos, realizados durante dos meses, demostraron que los memristores basados en hongos podían cambiar entre estados eléctricos hasta 5.850 veces por segundo con aproximadamente un 90% de precisión. El rendimiento disminuyó a frecuencias más altas, pero conectar múltiples hongos mejoró la estabilidad, similar a las conexiones neuronales en el cerebro.
La coautora Qudsia Tahmina, profesora asociada de ingeniería eléctrica y de computadoras, destacó los beneficios ambientales: "La sociedad se ha vuelto cada vez más consciente de la necesidad de proteger nuestro medio ambiente y asegurarnos de preservarlo para las generaciones futuras. Así que eso podría ser uno de los factores impulsores detrás de nuevas ideas bioamigables como estas." Los materiales fúngicos son biodegradables y de bajo costo, en contraste con los semiconductores convencionales intensivos en energía que dependen de minerales raros.
El estudio, que involucró a colaboradores Ruben Petreaca, John Simonis y Justin Hill, fue apoyado por el Honda Research Institute. El trabajo futuro busca refinar el cultivo para dispositivos más pequeños y eficientes adecuados para computación de borde, aeroespacial y wearables. LaRocco señaló la accesibilidad: "Todo lo que necesitarías para comenzar a explorar hongos y computación podría ser tan pequeño como un montón de compost y algunos electrónicos caseros."
La investigación fue publicada en PLOS One el 26 de octubre de 2025.