La misión del Observatorio de Órbita Polar Solar (SPO), programada para lanzarse en enero de 2029, proporcionará las primeras vistas directas de las regiones polares del Sol. Estas áreas, ocultas durante mucho tiempo desde la perspectiva orbital de la Tierra, son clave para entender el ciclo magnético solar, el viento solar rápido y el clima espacial. La misión busca responder preguntas fundamentales en la física solar mediante imágenes avanzadas y mediciones in situ.
Las regiones polares del Sol han permanecido en gran medida inexploradas debido a que las observaciones se limitan al plano de la eclíptica, donde orbita la Tierra. Estas áreas de alta latitud son esenciales, ya que sus campos magnéticos impulsan el ciclo magnético de 11 años del Sol, que implica fluctuaciones en las manchas solares y reversiones de los campos polares. También originan el viento solar rápido desde agujeros coronales, influyendo en la heliosfera y eventos de clima espacial como erupciones y eyecciones de masa coronal que pueden interrumpir satélites y redes eléctricas de la Tierra.
Esfuerzos pasados incluyen la nave espacial Ulysses, lanzada en 1990, que muestreó el viento solar polar pero carecía de imágenes. El Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea se acerca a latitudes de 34° pero no alcanza vistas polares verdaderas. Conceptos propuestos como el Solar Polar Imager y la Investigación POLAR del Sol aún no se han lanzado.
El SPO utilizará una asistencia gravitacional de Júpiter después de sobrevuelos de la Tierra para lograr una órbita con una inclinación de 75°, que se extenderá a 80° en su fase extendida de siete años. A lo largo de su vida útil de 15 años, observará tanto el mínimo como el máximo solar, incluyendo la reversión polar de 2035. Los instrumentos incluyen el Imager Magnético y Heliosísmico para campos superficiales, telescopios de ultravioleta extremo y rayos X para dinámicas atmosféricas, coronógrafos para rastrear la corona hasta 45 radios solares, y sensores in situ para el viento solar y campos magnéticos.
La misión complementará observatorios existentes como STEREO, Hinode, Solar Dynamics Observatory, Solar Orbiter y misiones L5 futuras, permitiendo una cobertura casi global del Sol. Al aclarar el dínamo solar, la aceleración del viento solar rápido y la propagación del clima espacial, el SPO podría mejorar las predicciones de ciclos y proteger tecnologías en la Tierra.