Esposo sostén de familia debate si reclamar Seguridad Social a los 66 o 70
Una lectora busca consejos sobre si su esposo, el sostén de la familia, debería comenzar los beneficios de Seguridad Social a los 66 años o posponer hasta los 70 por un extra de $800 mensuales. Expertos financieros evalúan los compensaciones entre ingresos inmediatos y pagos vitalicios más altos. La decisión depende de la expectativa de vida, la salud y las necesidades familiares.
El dilema que enfrentan muchos al acercarse a la jubilación se captura en una consulta reciente a MarketWatch: con un esposo como el principal sostén económico, ¿debería reclamar la Seguridad Social a su edad completa de jubilación de 66 años, o esperar hasta los 70 para aumentar su beneficio mensual en $800?
Según el artículo, el beneficio actual del esposo a los 66 años sería una cantidad base, pero esperar hasta los 70 lo aumentaría en un 8% por año después de la edad completa de jubilación, resultando en esos $800 adicionales por mes. Esta estrategia de reclamo diferido es promovida por la Administración de la Seguridad Social como una forma de maximizar los beneficios, potencialmente llevando a pagos totales más altos si el individuo vive más que el promedio.
El planificador financiero Michael Kitces, mencionado en el artículo, explica el análisis de punto de equilibrio: 'Si vives más allá del punto de equilibrio, posponer es mejor; de lo contrario, reclamar antes proporciona más dinero de inmediato.' Para esta pareja, la edad de punto de equilibrio es alrededor de 80 años, lo que significa que si el esposo vive más allá de eso, esperar compensa. Sin embargo, como sostén de familia, el flujo de efectivo inmediato podría ser crucial para cubrir gastos o apoyar a la esposa.
Los beneficios conyugales añaden otra capa. La esposa podría reclamar sus propios beneficios o hasta el 50% de los de su esposo a su edad completa de jubilación, pero estrategias como presentar y suspender —ahora restringidas— una vez permitieron más flexibilidad. Las reglas actuales requieren una coordinación cuidadosa para evitar beneficios de superviviente reducidos.
Los expertos advierten contra un enfoque de talla única. Los factores de salud juegan un rol; si el esposo tiene longevidad en su familia, posponer tiene sentido. Por el contrario, si la salud es incierta o la familia necesita ingresos ahora, reclamar a los 66 preserva la liquidez. El artículo nota que la expectativa de vida promedio para hombres a los 66 es de unos 84 años, inclinándose ligeramente hacia posponer para la mayoría.
En última instancia, el consejo enfatiza consultar a un asesor financiero para modelado personalizado, considerando impuestos, rendimientos de inversión y primas de Medicare, que aumentan con ingresos más altos de Seguridad Social. Este caso resalta el desafío más amplio para millones: equilibrar la seguridad a corto plazo con ganancias a largo plazo en un paisaje de jubilación impredecible.