Un Congreso dividido amenaza la independencia de la Fed más que Trump
Un análisis argumenta que el estancamiento político en el Congreso representa un riesgo mayor para la independencia de la Reserva Federal que las acciones del presidente Donald Trump. Aunque Trump ha expresado críticas al presidente de la Fed, Jerome Powell, no ha intentado removerlo ni interferir directamente en la política monetaria. El verdadero peligro radica en las batallas del Congreso sobre la política fiscal que podrían presionar al banco central.
La independencia de la Reserva Federal es un pilar fundamental de la política monetaria de EE.UU., diseñada para aislar las decisiones sobre tasas de interés e inflación de presiones políticas a corto plazo. Establecida en las secuelas de la Gran Depresión, esta autonomía ha ayudado a mantener la estabilidad económica durante décadas. Sin embargo, comentarios recientes destacan que la mayor amenaza a esta independencia podría no provenir del poder ejecutivo, sino de la disfunción legislativa.
En un artículo de opinión publicado por MarketWatch, Rex Nutting sostiene que 'el mayor riesgo para la independencia de la Reserva Federal no es Donald Trump, es un Congreso dividido'. Trump ha criticado frecuentemente al presidente de la Fed, Jerome Powell, llamándolo un 'enemigo' y criticando los aumentos de tasas durante su presidencia. A pesar de esta retórica, Trump se ha abstenido de movimientos más agresivos. 'Trump no ha intentado despedir a Powell, ni ha interferido en las decisiones de la Fed', escribe Nutting, señalando que el mandato de Powell se extiende hasta 2026, y cualquier destitución requeriría causa justificada según la Ley de la Reserva Federal.
El análisis cambia el enfoque al Congreso, donde las divisiones partidistas podrían erosionar la autonomía de la Fed a través del caos fiscal. Un legislativo dividido, como se ve en la Cámara de Representantes y el Senado estrechamente divididos tras las recientes elecciones, arriesga enfrentamientos repetidos sobre el techo de deuda y el financiamiento del gobierno. La crisis del techo de deuda de 2023, que llevó la economía de EE.UU. al borde del incumplimiento, ejemplifica este peligro. Tales episodios obligan a la Fed a roles reactivos, potencialmente comprometiendo su capacidad para enfocarse en metas a largo plazo como la estabilidad de precios y el pleno empleo.
Nutting se basa en precedentes históricos, como el debacle del techo de deuda de 2011, que llevó a una rebaja en la calificación crediticia y turbulencias en el mercado. Estas luchas fiscales pueden derramarse en la política monetaria, con legisladores presionando a la Fed para monetizar déficits o relajar tasas para compensar la inacción del Congreso. 'Un Congreso dividido es más propenso a politizar el rol de la Fed en la gestión de la economía', argumenta el artículo, enfatizando que un estancamiento sostenido podría socavar la confianza pública en la imparcialidad del banco central.
Expertos han eco de estas preocupaciones en discusiones relacionadas. El exgobernador de la Fed, Kevin Warsh, ha advertido que la dominancia fiscal —donde el gasto del Congreso abruma el control monetario— representa un riesgo existencial. Aunque un posible regreso de Trump a la oficina podría renovar ataques verbales, la amenaza estructural desde el Capitolio parece más insidiosa. El artículo concluye que restaurar el bipartidismo en el Congreso es esencial para salvaguardar la vital independencia de la Fed en medio de la creciente deuda nacional e incertidumbres económicas.