El pollo peruano que conquista Madrid tras 40 años de éxito
José Luis Martín, apasionado del waterpolo y viajero empedernido, abrió en 1988 un asador en Madrid inspirado en un horno peruano descubierto durante su vuelta al mundo. Su negocio, La Casa de las Brasas, ha crecido hasta tres locales y celebra casi cuatro décadas de éxito con pollos 'peruañoles' y otros platos. A sus 65 años, Martín combina el restaurante con su deporte y no piensa en jubilarse.
José Luis Martín, nacido en Valencia y con una vida llena de oficios variados como vendimiar, trabajar en granjas porcinas o limpiar cristales, encontró su pasión en los viajes y el waterpolo. A los 12 años empezó a nadar, pero fue a los 13 cuando descubrió el waterpolo, deporte que no ha abandonado salvo por un paréntesis de dos años dando la vuelta al mundo en sus veintitantos.
Durante ese viaje por cinco continentes, que terminó en 1985, Martín se quedó 'impactado con el horno en el que hacían el pollo' en Perú. Al regresar a Madrid, donde compró un piso, replicó ese horno con adaptaciones en La Casa de las Brasas, abierto en 1988 en el barrio de Hortaleza. 'Era una zona con mucha gente, aún no existía el centro comercial', recuerda. El local original ahora es una tienda abierta solo fines de semana, con colas habituales, y ha expandido a Legazpi y un obrador en Rivas Vaciamadrid.
El pollo 'peruañol' usa una mezcla de especias similar a la original con 'un toque español', asado dos horas en carbón para un sabor ahumado. Con los años, sumó costillas, lasañas, croquetas y arroces, ya que 'vender sólo pollos no es viable'. Hoy produce más de 400 pollos los fines de semana, 400 costillares, 200 arroces (hasta 500 en días como el de la Madre) y menús navideños con cordero y cochinillo.
Martín, de 65 años, compagina el negocio con su empresa de maquinaria industrial y el waterpolo, donde organiza la Copa Master cada cuatro años desde 2001, inspirada en un torneo alemán. En 2023 ingresó en el Salón de la Fama de Deportes Acuáticos por 'promover el deporte y mostrar lo que la diversión, la competición y los viajes pueden aportar'. Junto a su hija, que se unió hace cinco años, planea expandir corners en recintos deportivos, como en Alcorcón. 'Ni puedo ni quiero' jubilarme, dice tajante.