El Bosque Nacional de Plumas impulsa ambicioso plan de protección contra incendios forestales
El Servicio Forestal de EE.UU. ha lanzado el proyecto Plumas Community Protection para proteger 285.000 acres del Bosque Nacional de Plumas en el norte de California de megaincendios mediante aclarado, tala y quemas prescritas. Financiado con 274 millones de dólares del Congreso en 2023, la iniciativa busca construir resiliencia forestal tras el devastador Incendio Dixie de 2021. Sin embargo, el progreso ha sido lento debido a desafíos burocráticos y una transparencia limitada.
El Incendio Dixie de 2021, el mayor incendio individual registrado en California, arrasó casi un millón de acres y destruyó la ciudad de Greenville en menos de 30 minutos, destacando la vulnerabilidad del Bosque Nacional de Plumas. Dos tercios del bosque —dos veces el tamaño de la Bahía de San Francisco— han ardido en los últimos siete años, amenazando cuencas hidrográficas que sirven a 27 millones de personas y hábitats para ciervos, águilas calvas y manadas de lobos.
Un estudio de 2022 del científico de incendios Malcolm North encontró que los bosques son seis a siete veces más densos que históricamente, exacerbado por el cambio climático y un siglo de supresión de incendios. Esta superpoblación alimenta incendios forestales catastróficos, arriesgando la conversión a arbustos y la pérdida permanente del bosque, advierte Michael Hall, gerente del Distrito de Conservación de Recursos del Río Feather. "Si no abordamos la amenaza que representan tales incendios, el suelo y los bancos de semillas que reponen los bosques serán destruidos", dice Hall.
En respuesta, el proyecto Plumas Community Protection del Servicio Forestal apunta a 285.000 acres con motosierras, masticadores y antorchas de goteo para aclarar la vegetación y permitir quemas de baja intensidad. El Congreso asignó 274 millones de dólares a través de la Ley de Infraestructura Bipartidista y la Ley de Reducción de la Inflación, parte de 3.200 millones de dólares para 45 millones de acres de alto riesgo en todo el país. Los contratos incluyen 85 millones de dólares a Sierra Tahoe Environmental Management y 98 millones de dólares a la National Forest Foundation, cada uno para 70.000 acres cerca de Quincy y Portola.
Sin embargo, dos años después, la implementación se retrasa. Los informes del Servicio Forestal indican que se trataron 49.496 acres en 2023 y 5.400 en 2024, muy por debajo de las metas, con solo alrededor de 2.500 acres de quemas de transmisión esenciales completadas. Las demandas ambientales retrasaron las aprobaciones, y los despidos de la administración Trump han reducido el personal. Ryan Bauer, gerente de combustibles retirado, lamenta el ritmo lento: "Si hubiéramos quemado parches de 10.000 acres, tendríamos parches de 10.000 acres de bosque sobreviviente."
Expertos como Angela Avery de la Sierra Nevada Conservancy enfatizan la necesidad de esfuerzos a escala de paisaje para contrarrestar los megaincendios, aunque la transparencia sigue siendo limitada, con funcionarios que no responden a las consultas públicas.