Estudio sugiere causa de los misteriosos fuegos fatuos
Los científicos podrían haber descubierto los orígenes de los fuegos fatuos, las luces espeluznantes reportadas durante mucho tiempo en pantanos y marismas. Un nuevo estudio propone que resultan de la combustión espontánea del gas fosfina producido por materia orgánica en descomposición. Esta explicación podría resolver un misterio natural de siglos de antigüedad.
Los fuegos fatuos, también conocidos como ignis fatuus o fuego necio, han cautivado y asustado a las personas durante siglos. Estas luces parpadeantes, a menudo vistas flotando sobre humedales por la noche, ocupan un lugar destacado en el folclore de diversas culturas, desde historias de fantasmas europeas hasta relatos indígenas en las Américas.
Un estudio publicado el 10 de octubre de 2024 en la revista Atmospheric Chemistry and Physics ofrece un avance científico. Investigadores liderados por el químico atmosférico Matthew Johnson de la Universidad de Copenhague simularon el fenómeno en un laboratorio. Encontraron que la fosfina (PH3), un gas altamente inflamable generado por bacterias que descomponen material orgánico en entornos pantanosos con bajo oxígeno, puede encenderse espontáneamente al entrar en contacto con el aire.
"La clave es la baja energía de ignición requerida para la fosfina", explicó Johnson. "Incluso una pequeña chispa o descarga estática en condiciones húmedas puede activarla, creando el brillo azul-verdoso observado y el movimiento errático mientras el gas asciende."
Teorías anteriores han incluido hongos bioluminiscentes, chispas piezoeléctricas de cuarzo en el suelo o incluso faros de autos lejanos. Sin embargo, los experimentos del equipo de Copenhague descartaron muchas de estas al recrear las luces mediante liberaciones controladas de mezclas de fosfina y metano. Las luces duraron de segundos a minutos, coincidiendo con los relatos de testigos oculares, y emitieron una firma espectral consistente con la combustión de fosfatos.
Este descubrimiento se basa en trabajos anteriores del siglo XVIII, cuando el físico italiano Alessandro Volta aisló por primera vez los gases de los pantanos. Sin embargo, la observación directa de los fuegos fatuos sigue siendo rara debido a su imprevisibilidad y ubicaciones remotas. El estudio enfatiza que el cambio climático, al alterar las tasas de descomposición en humedales, podría influir en futuras apariciones.
Aunque no todos los informes históricos encajen en este modelo —algunos podrían provenir de otros gases como la difosfina—, la investigación proporciona un mecanismo plausible para la mayoría de los casos. Subraya la intersección entre la química y el folclore, desmitificando un fenómeno una vez atribuido a espíritus.