Arqueólogos han descubierto más de 170 grabados rupestres monumentales en el norte de Arabia Saudita, que datan de hace 12.800 a 11.400 años. Estas representaciones de animales a tamaño real, creadas tras un período de aridez extrema, destacan la adaptación humana temprana en el desierto. Los hallazgos revelan conexiones con comunidades neolíticas distantes y subrayan una identidad cultural perdida.
Un equipo internacional de arqueólogos, liderado por la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Cultura de Arabia Saudita a través del Proyecto Green Arabia, ha desenterrado evidencia significativa de la presencia humana temprana en el norte de Arabia. Los descubrimientos se realizaron en tres sitios —Jebel Arnaan, Jebel Mleiha y Jebel Misma— a lo largo del borde sur del desierto de Nefud.
El equipo documentó más de 60 paneles de arte rupestre que contienen 176 grabados individuales, incluyendo 130 figuras altamente detalladas y a tamaño real de animales como camellos, íbices, équidos, gacelas y uros. Algunos grabados alcanzan hasta 3 metros de largo y más de 2 metros de alto, tallados en caras de acantilados imponentes de hasta 39 metros. A diferencia de sitios ocultos en otros lugares, estos paneles ocupan ubicaciones visualmente dominantes, con uno que requirió que los artistas trabajaran en estrechos salientes precarios.
Datados entre hace 12.800 y 11.400 años, el arte coincide con el regreso de fuentes de agua estacionales tras el Último Máximo Glacial, un período de sequía intensa. El análisis de sedimentos confirma la presencia de antiguos lagos y ríos temporales que apoyaron a grupos humanos en el interior árido.
"Estos grandes grabados no son solo arte rupestre: probablemente eran declaraciones de presencia, acceso e identidad cultural", dijo la autora principal, la Dra. Maria Guagnin, del Instituto Max Planck de Geoantropología.
La coautora principal, la Dra. Ceri Shipton, del Instituto de Arqueología de University College London, añadió: "El arte rupestre marca fuentes de agua y rutas de movimiento, posiblemente significando derechos territoriales y memoria intergeneracional".
Artefactos cercanos, incluyendo puntas de piedra al estilo levantino de El Khiam y Helwan, pigmento verde y cuentas de dentalium, indican lazos a larga distancia con poblaciones neolíticas precerámicas en el Levante. Sin embargo, la escala y colocación de los grabados árabes sugieren una adaptación única a la vida en el desierto.
"Esta forma única de expresión simbólica pertenece a una identidad cultural distinta adaptada a la vida en un entorno árido y desafiante", señaló el Dr. Faisal Al-Jibreen, de la Comisión de Patrimonio.
El estudio interdisciplinario, que involucra a expertos de instituciones como KAUST, Griffith University y otras, llena vacíos en el registro arqueológico del norte de Arabia durante la transición del Pleistoceno-Holoceno. Fue publicado en Nature Communications en 2025.