La evolución puede explicar por qué las mujeres viven más que los hombres
Un nuevo estudio sugiere que la evolución de la menopausia juega un papel clave en las esperanzas de vida más largas de las mujeres en comparación con los hombres. Los investigadores proponen que la vida post-reproductiva en las mujeres permite la inversión en nietos, en contraste con la reproducción continua de los hombres. Esta teoría se basa en datos de sociedades de cazadores-recolectores y poblaciones modernas.
Las mujeres sobreviven a los hombres en casi todos los países de la Tierra, con una brecha en la esperanza de vida que promedia alrededor de cinco años a nivel global y alcanza hasta siete años en algunas naciones. Esta disparidad se ha ampliado en las últimas décadas, particularmente desde la década de 1980, en medio de mejoras en la salud y seguridad de las mujeres.
Biólogos evolutivos de la Universidad de Liverpool, liderados por Matthew Rogerson, han desarrollado un modelo para explicar este patrón. Publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences, su trabajo argumenta que la menopausia —el cese de la reproducción en las mujeres alrededor de los 50 años— permite una vida post-reproductiva prolongada. 'Nuestro modelo muestra que la evolución de la menopausia es clave para entender por qué las mujeres viven tanto más que los hombres', declaró Rogerson.
Los investigadores analizaron datos de los cazadores-recolectores hadza en Tanzania, un grupo a menudo estudiado para obtener ideas sobre la evolución humana. Entre los hadza, las mujeres sobreviven hasta una edad promedio de 70 años, mientras que los hombres llegan a unos 60. Esto refleja un patrón más amplio: en sociedades preindustriales, las mujeres consistentemente muestran vidas post-reproductivas más largas.
En contraste, los hombres continúan reproduciéndose en años posteriores, lo que el modelo sugiere impone costos fisiológicos que acortan la vida. 'La reproducción es costosa, y en los machos, no se detiene', explicó la coautora Virpi Lummaa. La teoría postula que la menopausia de las mujeres libera recursos para el apoyo a los parientes, mejorando la aptitud inclusiva a través de la supervivencia de los nietos.
El estudio integra datos demográficos de registros eclesiásticos finlandeses del siglo XVII y estadísticas globales modernas. Desafía explicaciones previas, como comportamientos masculinos más riesgosos, al enfocarse en compensaciones biológicas. Aunque el modelo se ajusta a los patrones observados, los investigadores señalan que requiere pruebas adicionales en especies con menopausia, como las ballenas.
Esta perspectiva evolutiva destaca cómo la historia de vida humana diverge de otros primates, donde las hembras se reproducen hasta cerca de la muerte. Las implicaciones se extienden a la investigación sobre el envejecimiento, sugiriendo el valor adaptativo de la menopausia más allá de la fertilidad.