La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras ha abierto una investigación sobre casi 2,9 millones de vehículos Tesla equipados con el sistema Full Self-Driving. La pesquisa sigue a informes de 58 incidentes que involucran violaciones de tráfico y accidentes. Los reguladores están examinando si las actualizaciones de software han abordado estas preocupaciones de seguridad.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) anunció una investigación sobre aproximadamente 2,9 millones de vehículos Tesla equipados con el software Full Self-Driving (FSD) de la compañía. Esta pesquisa, detallada en presentaciones recientes, surge de 58 informes de incidentes que documentan violaciones como pasar semáforos en rojo, conducir por el lado equivocado de la carretera, cambios de carril ilegales y no ceder el paso. Algunos incidentes involucraron accidentes que pusieron en peligro a conductores y peatones, incluyendo vehículos que ignoraron señales y colisionaron con otros, resultando en lesiones.
La investigación abarca modelos de Tesla desde 2016 en adelante equipados con FSD, destacando patrones de comportamiento errático en el sistema. Mientras que el CEO de Tesla, Elon Musk, ha promovido el FSD como una tecnología clave para futuros servicios de robotaxi, el software requiere supervisión humana, a pesar de su nombre. Esta no es la primera supervisión regulatoria para Tesla; investigaciones previas se han centrado en la función relacionada Autopilot y accidentes fatales, pero esta se dirige a las infracciones de tráfico específicas del FSD.
La NHTSA está evaluando si las actualizaciones de software inalámbricas han resuelto estos problemas o si persisten problemas más profundos en el enfoque de IA de Tesla. La compañía aún no ha comentado sobre los detalles de la pesquisa, aunque respuestas pasadas han enfatizado mejoras continuas a través de la recopilación de datos del mundo real. Defensores de la seguridad y analistas expresan preocupaciones sobre el método de pruebas beta de Tesla, que depende de vehículos de clientes y puede exponer al público a riesgos.
Este desarrollo ocurre en medio de desafíos más amplios en la industria de vehículos autónomos, donde empresas como Waymo y Cruise también han enfrentado supervisión. Para Tesla, las apuestas involucran posibles retiros o correcciones que podrían retrasar los planes de robotaxi y afectar las proyecciones de ingresos vinculadas a la tecnología de conducción autónoma. La pesquisa subraya debates sobre la preparación de tales sistemas para entornos complejos sin intervención humana constante.