Delfines del Atlántico Norte enfrentan vidas más cortas debido a la captura incidental

Los delfines comunes en el Atlántico Norte están muriendo mucho más jóvenes, con la esperanza de vida de las hembras disminuyendo siete años desde la década de 1990, según un nuevo estudio. Investigadores que analizan delfines varados en la bahía de Vizcaya destacan la captura incidental de la pesca como una amenaza clave, instando a mejores medidas de conservación. Los hallazgos revelan una desaceleración del 2,4% en el crecimiento poblacional, señalando riesgos para los ecosistemas marinos.

Un estudio publicado el 10 de octubre en Conservation Letters por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder ha descubierto tendencias alarmantes en la longevidad de los delfines comunes en el Atlántico Norte. Al examinar 759 delfines varados recolectados entre 1997 y 2019 a lo largo de la bahía de Vizcaya, el equipo determinó que la esperanza de vida promedio de las delfines hembras cayó de 24 años a finales de la década de 1990 a 17 años en 2019. Esta disminución se correlaciona con tasas de fertilidad reducidas y una caída del 2,4% en el crecimiento poblacional desde 1997, muy por debajo del aumento anual ideal del 4% de la especie.

La bahía de Vizcaya, un área de invernada rica en nutrientes frente a la costa de Francia, alberga alrededor de 180.000 delfines comunes cada año, atraídos por presas como anchoas y sardinas. Sin embargo, también es la zona pesquera más concurrida de Europa, donde la captura incidental —el enredamiento accidental en aparejos de pesca— se cobra miles de vidas anualmente. Solo en 2021, se estima que 6.900 delfines murieron por captura incidental en la bahía. Las encuestas tradicionales desde barcos o aeronaves han fallado en detectar estos cambios, ya que la movilidad de los delfines oculta las declinaciones subyacentes.

«Existe una necesidad urgente de gestionar mejor la población», dijo Etienne Rouby, investigador postdoctoral en el Instituto de Investigación Ártica y Alpina. «De lo contrario, hay un riesgo de declive y, en última instancia, de extinción». El estudio utilizó capas de crecimiento en los dientes de los delfines para evaluar las edades al morir, revelando patrones en solo el 10% de las fatalidades totales pero proporcionando indicadores sensibles de salud.

En respuesta, Francia implementó una prohibición de pesca de un mes en enero de 2024 para reducir la captura incidental. Rouby sugiere ajustes de timing basados en la migración de los delfines para mayor efectividad. Como depredadores ápice, los delfines comunes —que suman alrededor de 6 millones en todo el mundo— ayudan a regular las poblaciones de peces; su pérdida podría desestabilizar los ecosistemas. La investigación pide políticas adaptativas bajo marcos como la Directiva Marco de la Estrategia Marina Europea para prevenir declives más amplios en cetáceos.

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