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Investigación destaca riesgos de microplásticos en agua embotellada

7 de octubre de 2025
Reportado por IA

Un nuevo estudio advierte que las botellas de agua de plástico de un solo uso liberan nano y microplásticos que representan riesgos crónicos para la salud. Dirigido por Sarah Sajedi en la Universidad Concordia, la investigación estima que los bebedores de agua embotellada ingieren hasta 90.000 partículas más al año que los usuarios de agua del grifo. Estos diminutos contaminantes pueden entrar en el torrente sanguíneo y afectar órganos vitales, lo que lleva a inflamación y otros problemas.

El viaje de Sarah Sajedi en la investigación de residuos plásticos comenzó en las playas de las islas Phi Phi de Tailandia. Mientras contemplaba el mar de Andamán, notó botellas de agua esparcidas en la arena, lo que la impulsó a cambiar de una carrera en negocios a un doctorado en la Universidad Concordia. Como cofundadora de ERA Environmental Management Solutions, Sajedi aportó su experiencia en gestión ambiental a sus estudios.

Su revisión más reciente, publicada en la Journal of Hazardous Materials en 2025, analiza más de 140 artículos científicos sobre los peligros para la salud de las botellas de agua de plástico de un solo uso. En promedio, las personas ingieren de 39.000 a 52.000 partículas de microplásticos al año, con los consumidores de agua embotellada enfrentando 90.000 partículas adicionales en comparación con aquellos que usan agua del grifo. Los microplásticos van de 1 micrón a 5 milímetros, mientras que los nanoplásticos son más pequeños que 1 micrón. Estas partículas se desprenden durante la fabricación, almacenamiento, transporte y descomposición, especialmente de plásticos de baja calidad expuestos a la luz solar y cambios de temperatura.

Una vez ingeridas, las partículas pueden cruzar barreras biológicas, entrar en el torrente sanguíneo y llegar a los órganos, causando inflamación crónica, estrés oxidativo, disrupción hormonal, reproducción deteriorada, daño neurológico y varios tipos de cáncer. Los efectos a largo plazo son inciertos debido a métodos de prueba inconsistentes y la falta de detección estandarizada. Sajedi señala desafíos en la medición: algunas técnicas identifican partículas pequeñas pero no su composición, otras detallan la composición pero omiten las diminutas, y las herramientas avanzadas son costosas.

Los coautores Chunjiang An y Zhi Chen del Departamento de Ingeniería de Edificios, Civil y Ambiental de Concordia contribuyeron al artículo, apoyado por el Natural Sciences and Engineering Research Council de Canadá y la universidad. Sajedi elogia los esfuerzos globales para reducir los residuos plásticos como bolsas y pajitas, pero destaca la brecha en el abordaje de las botellas de agua. "La educación es la acción más importante que podemos tomar", dice. "Beber agua de botellas de plástico está bien en una emergencia, pero no es algo que se deba usar en la vida diaria. La gente necesita entender que el problema no es la toxicidad aguda, sino la toxicidad crónica."

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