Estudio sugiere que el cráter más grande de la luna se formó por un impacto desde el norte
Un nuevo análisis indica que la cuenca del Polo Sur-Aitken de la luna, su cráter más antiguo y grande, probablemente se formó por un impacto de asteroide originado en el norte en lugar del sur. Este hallazgo desafía suposiciones previas sobre la historia temprana de la luna. El descubrimiento podría aumentar el valor de la próxima misión Artemis III de la NASA al borde de la cuenca.
La cuenca del Polo Sur-Aitken (SPA), ubicada en el lado lejano de la luna, se formó hace unos 4.300 millones de años, poco después de la formación de la luna misma. Anteriormente, los astrónomos creían que un asteroide masivo impactó desde una dirección sureña por debajo del polo sur, creando un cráter de miles de kilómetros de ancho y 12 kilómetros de profundidad, con pilas más gruesas de escombros antiguos hacia el borde norte.
Sin embargo, investigadores liderados por Jeffrey Andrews-Hanna de la Universidad de Arizona han analizado la forma de la cuenca y encontrado que se estrecha hacia el sur en un patrón de gota de lágrima, sugiriendo que el impacto provino del norte. "Trazamos el contorno de la cuenca del Polo Sur-Aitken de todas las maneras posibles", dijo Andrews-Hanna. "Usamos topografía, gravedad, modelos del grosor de la corteza. Probamos diferentes opciones de cómo trazar la cuenca y no importa cómo la trazáramos, siempre era una forma que se estrechaba hacia el sur."
Para respaldar esto, el equipo comparó la cuenca SPA con cráteres en Marte, como Hellas y Utopia, donde las direcciones de impacto son mejor conocidas. Este origen norteño alteraría las comprensiones de cómo el material interior de la luna se dispersó durante su enfriamiento desde un océano de magma, exponiendo rocas profundas del interior alrededor del borde de la cuenca que de otro modo son inaccesibles.
El hallazgo añade importancia a la misión Artemis III de la NASA, que planea enviar astronautas al borde de la cuenca SPA en busca de hielo de agua. Mahesh Anand de la Open University, Reino Unido, señaló: "Puede contarte más sobre el interior de la luna, del cual no tenemos muchas muestras en absoluto. Es un bono." La confirmación requerirá retornar muestras de la cuenca a la Tierra, añadió Anand.
La investigación aparece en Nature (DOI: 10.1038/s41586-025-09582-y).