Un nuevo estudio cuestiona la idea de que los dinosaurios estaban en declive antes de su extinción hace 66 millones de años. Los investigadores encontraron evidencia de comunidades de dinosaurios prósperas en Nuevo México justo hasta el impacto del asteroide. Los hallazgos destacan ecosistemas regionales distintos moldeados por el clima.
Durante décadas, los científicos creyeron que los dinosaurios se estaban desvaneciendo antes del impacto del asteroide que marcó el fin del período Cretácico hace 66 millones de años. Sin embargo, un estudio publicado en Science por investigadores de la Universidad de Baylor, la Universidad Estatal de Nuevo México, la Institución Smithsonian y socios internacionales revela lo contrario. El equipo analizó fósiles del Miembro Naashoibito de la Formación Kirtland en la Cuenca de San Juan, en el noroeste de Nuevo México, datándolos entre 66,4 y 66 millones de años de antigüedad, precisamente en el límite Cretácico-Paleógeno.
"Los dinosaurios de Naashoibito vivieron al mismo tiempo que las famosas especies de Hell Creek en Montana y las Dakotas", dijo Daniel Peppe, Ph.D., profesor asociado de geociencias en la Universidad de Baylor. "No estaban en declive: estas eran comunidades vibrantes y diversas".
La investigación muestra que los dinosaurios formaron "bioprovinces" distintas en toda Norteamérica, influenciadas principalmente por diferencias de temperatura regionales en lugar de barreras geográficas como montañas o ríos. El primer autor, Andrew Flynn, Ph.D., profesor asistente de ciencias geológicas en la Universidad Estatal de Nuevo México, enfatizó: "Lo que muestra nuestra nueva investigación es que los dinosaurios no estaban en camino de desaparecer al entrar en la extinción masiva. Estaban haciendo un gran trabajo, prosperando y parece que el impacto del asteroide los eliminó. Esto contrarresta una idea largamente sostenida de que hubo un declive a largo plazo en la diversidad de dinosaurios que los hacía más propensos a la extinción antes de la extinción masiva".
Después del impacto, los ecosistemas se recuperaron con mamíferos diversificándose en 300.000 años, adoptando nuevas dietas, tamaños y roles. Los patrones impulsados por la temperatura persistieron en el Paleógeno, con comunidades de mamíferos del norte y del sur permaneciendo distintas. "Los mamíferos sobrevivientes aún retienen las mismas provincias bio del norte y del sur", señaló Flynn. "Los mamíferos del norte y del sur son muy diferentes entre sí, lo cual es diferente a otras extinciones masivas donde parece ser mucho más uniforme".
Realizado en tierras públicas gestionadas por la Oficina de Gestión de Tierras de EE.UU., el estudio subraya la resiliencia y vulnerabilidad de la vida ante catástrofes repentinas. El equipo de investigación incluyó expertos como Stephen L. Brusatte de la Universidad de Edimburgo y Alfio Alessandro Chiarenza de University College London, financiado por organizaciones como la National Science Foundation y el European Research Council.