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Consejos para afrontar el día tras una mala noche de sueño

9 de octubre de 2025
Reportado por IA

Una noche sin dormir bien puede dejar agotados y alterar la dieta, pero la experta Mariel Silva aconseja no culparse y priorizar el descanso. El desequilibrio hormonal aumenta el apetito por alimentos poco saludables. Enfocarse en hábitos para mejorar el sueño nocturno es clave.

Mantener hábitos saludables como dormir al menos siete horas, acostarse y levantarse a la misma hora, y sincronizar el ritmo con la luz solar es ideal, pero imprevistos como pensamientos recurrentes, niños o ansiedad pueden interrumpir el descanso. Esto genera déficit de energía, atención e irritabilidad, y afecta la dieta al disparar la grelina —que estimula el apetito— y reducir la leptina —señal de saciedad—. Como resultado, surge hambre emocional que lleva a consumir hidratos simples, ultraprocesados, dulces y grasas malas, agravando los picos de glucosa.

"Lo primero es no sentirse culpable. Si dormimos mal, dormimos mal y punto. Seguramente, ese día, no vamos a hacer las cosas tan bien como estamos acostumbrados, porque nos encontraremos agotados, pero no pasa nada. Encima, no nos castiguemos por ello", afirma la doctora Mariel Silva, directora médica de SHA Spain. En tales casos, el cuerpo pide azúcares y reposo, no ejercicio intenso, similar a cuando se está enfermo. La vida consiste en un 80% de hábitos saludables y un 20% de indulgencias, sin pretender control total para evitar más estrés.

Para el día siguiente, evita café después de las 14 horas, cena ligera con proteínas de calidad y grasas buenas dos o tres horas antes de dormir, y no consumas alcohol, que empeora el descanso. Opta por yoga suave, meditación o respiraciones conscientes en lugar de actividades físicas intensas. Si es necesario, considera suplementos como valeriana o melatonina para calmar la mente revuelta y preparar un mejor sueño.

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