Un fósil de dinosaurio recién descubierto de 230 millones de años en Argentina sugiere que la evolución de los cuellos largos en los saurópodos comenzó mucho antes de lo que se pensaba. Nombrado Huayracursor jaguensis, el ejemplar muestra signos tempranos de elongación del cuello en un dinosaurio pequeño y bípedo. Este hallazgo desafía la idea de una transición gradual en la evolución de los saurópodomorfos.
Paleontólogos han desenterrado un esqueleto parcial de Huayracursor jaguensis en los Andes argentinos, específicamente en el arroyo Santo Domingo en el noroeste de Argentina. Datado en el período Triásico hace unos 230 millones de años, este dinosaurio medía alrededor de 2 metros de longitud y pesaba aproximadamente 18 kilogramos.
El fósil, descubierto por Martín Hechenleitner del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina y sus colegas, presenta un cráneo pequeño, extremidades posteriores robustas, caderas delgadas y brazos cortos con manos grandes y robustas. A diferencia de sus contemporáneos, que medían alrededor de un metro de largo con cuellos proporcionalmente más cortos, H. jaguensis exhibe las primeras indicaciones de huesos de cuello extendidos.
Hasta este descubrimiento, los científicos creían que los saurópodomorfos tempranos —precursores de herbívoros gigantes de cuello largo como Brontosaurus y Patagotitan— eran pequeños, de cuello corto y posiblemente omnívoros. Estos saurópodos posteriores crecieron hasta más de 35 metros de largo y más de 70 toneladas. Sin embargo, H. jaguensis coexistió con parientes más pequeños, lo que indica que los aumentos en el tamaño corporal y la elongación del cuello ocurrieron desde el inicio de la evolución de los dinosaurios.
“Huayracursor rompe en cierta medida con esta idea de una transición gradual, porque coexistió con sus parientes pequeños de cuello proporcionalmente más corto”, dice Hechenleitner. Agrega: “Huayracursor arrastra el origen del cuello largo y el mayor tamaño corporal hacia la primera aparición de los dinosaurios en el registro fósil”.
“Es fascinante pensar que animales gigantes de hasta 40 metros de largo y más de 30 toneladas, como Argentinosaurus y Patagotitan, forman parte de una linaje que comenzó más de 100 millones de años antes, con formas bípedas de poco más de un metro de largo y solo 10 a 15 kilogramos [de peso]”, señala Hechenleitner.
La investigación se publica en Nature (DOI: 10.1038/s41586-025-09634-3), reconfigurando nuestra comprensión de cómo los saurópodos desarrollaron sus características icónicas.