Un nuevo estudio revela que los hombres mayores de 50 deben hacer ejercicio casi el doble que las mujeres para lograr reducciones similares en el riesgo de enfermedad coronaria. Usando datos de rastreadores de actividad, los investigadores encontraron diferencias significativas por sexo en los beneficios del ejercicio para la salud cardíaca. Los hallazgos sugieren la necesidad de pautas de salud actualizadas y específicas por género.
Un análisis de datos de rastreadores de actividad portados en la muñeca del estudio UK Biobank, que involucró a más de 80.000 adultos de alrededor de 61 años sin enfermedad coronaria previa (CHD, por sus siglas en inglés), mostró que 150 minutos de ejercicio moderado a vigoroso semanal —como caminar rápido o andar en bicicleta— se asociaron con una reducción del 22% en el riesgo de CHD para las mujeres, en comparación con el 17% para los hombres. Para alcanzar una reducción del 30% en el riesgo, las mujeres necesitaron 250 minutos por semana, mientras que los hombres requirieron 530 minutos —casi nueve horas—.
Los investigadores, liderados por Jiajin Chen de la Universidad de Xiamen en China, examinaron los registros de salud durante unos ocho años. En un grupo separado de 5.169 participantes ya diagnosticados con CHD (edad promedio 67 años, dos tercios hombres), 150 minutos de ejercicio semanal redujeron el riesgo de mortalidad en un 70% para las mujeres, pero solo en un 20% para los hombres durante los siguientes ocho años.
"Esto no es una mala noticia para los hombres, es solo algo que debemos saber", dice Nir Eynon de la Universidad de Monash en Australia. "Una vez que lo sepamos, podemos hacerlo mejor: podemos hacer más ejercicio".
Posibles razones incluyen diferencias hormonales, como el estrógeno que mejora la quema de grasa en las mujeres, o variaciones biológicas en la eficiencia respiratoria, metabólica y muscular. El estudio, publicado en Nature Cardiovascular Research (DOI: 10.1038/s44161-025-00732-z), es descrito como "robusto" por Ersilia DeFilippis de la Universidad de Columbia, enfatizando pautas específicas por sexo. Sin embargo, se basa en una población mayoritariamente blanca y bien educada del Reino Unido, lo que limita su aplicabilidad a grupos diversos con mayores cargas cardiovasculares. Aun así, resalta los beneficios del ejercicio en etapas posteriores de la vida, adaptados a las capacidades individuales.