Estudio conecta alimentos ultraprocesados con cambios en el cerebro

Un estudio internacional de casi 30.000 personas ha vinculado el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados con diferencias en la estructura cerebral. Estos cambios pueden contribuir a la sobrealimentación y la adicción a la comida, aunque la causalidad sigue sin demostrarse. Los investigadores enfatizan la necesidad de más evidencia sobre cómo los aditivos alimentarios afectan el cerebro.

Un equipo internacional de científicos analizó escáneres cerebrales de alrededor de 30.000 participantes en el UK Biobank, una base de datos de salud de personas de mediana edad en todo el Reino Unido. El estudio, publicado en npj Metabolic Health and Disease en 2025, encontró diferencias medibles en la estructura cerebral asociadas con un mayor consumo de alimentos ultraprocesados (UPF). Estos alimentos, que contienen aditivos industriales e ingredientes químicamente alterados, mostraron conexiones con alteraciones en regiones cerebrales relacionadas con la alimentación, independientes de factores como la obesidad o la inflamación.

"Nuestros hallazgos sugieren que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados está asociado con diferencias en el cerebro. Estas asociaciones podrían estar vinculadas a patrones de comportamiento como la sobrealimentación, aunque las relaciones causales no pueden confirmarse con nuestro estudio", dijo Arsène Kanyamibwa, primer autor compartido de la Universidad de Helsinki. La investigación, una colaboración entre la Universidad de Helsinki y el Instituto Neurológico de Montréal de la Universidad McGill, destaca posibles roles para ingredientes de UPF como los emulsionantes, pero pide más estudios longitudinales para confirmarlo.

No todos los alimentos procesados representan riesgos; las opciones a base de plantas como las verduras congeladas son beneficiosas, y procesos como la pasteurización de la leche ayudan a la salud. En contraste, productos como las carnes procesadas con aditivos químicos son preocupantes. "En particular, los alimentos procesados de origen vegetal, como las verduras congeladas, pueden recomendarse. Otro buen ejemplo de los beneficios del procesamiento es la pasteurización de la leche. En contraste, los alimentos con alto contenido de ingredientes químicamente modificados y aditivos, como los productos cárnicos procesados, son problemáticos."

Kanyamibwa señaló implicaciones más amplias: "Dada la creciente evidencia, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y fortalecer los estándares regulatorios en la fabricación de alimentos puede ser un paso crucial hacia mejores resultados de salud pública." El estudio subraya cómo las dietas modernas podrían influir en la función cerebral, instando a la precaución al interpretar las asociaciones como causas directas.

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