Un nuevo estudio en los Países Bajos sugiere que prohibir los smartphones en las escuelas podría llevar a un aumento de la soledad emocional entre algunos estudiantes, particularmente aquellos con vulnerabilidades sociales. Los investigadores encuestaron a estudiantes antes y después de que entrara en vigor una prohibición nacional en enero de 2024. Mientras que la soledad social se mantuvo estable en general, el aislamiento emocional aumentó ligeramente, destacando posibles impactos no intencionados en la salud mental.
Los Países Bajos implementaron una prohibición nacional de teléfonos y dispositivos inteligentes en las aulas a partir del 1 de enero de 2024, con algunas escuelas extendiendo la prohibición durante todo el día al requerir que los estudiantes guarden los dispositivos en casilleros. Para evaluar los efectos, Sanyogita Khare de la Universidad Radboud y sus colegas encuestaron a estudiantes en dos escuelas secundarias que aplicaron prohibiciones de día completo. Las encuestas se realizaron en diciembre de 2023, antes de la prohibición, y nuevamente en marzo o abril de 2024.
El estudio midió dos tipos de soledad: social, que implica sentirse parte de un grupo más amplio, y emocional, que se refiere a la cercanía en las amistades. "La soledad social se trata más de la red más amplia; si sientes que formas parte de un grupo", explicó Khare. "La soledad emocional se centra más en el sentimiento de cercanía e intimidad en una amistad cercana."
Los resultados mostraron ningún cambio general en la soledad social, pero un ligero aumento en la soledad emocional. Esto podría provenir de que los estudiantes no puedan contactar a amigos cercanos fuera de la escuela durante el día. Además, los estudiantes que ya luchaban con situaciones sociales experimentaron una mayor soledad social después de la prohibición. "No encontramos un cambio general en la soledad social, pero encontramos un ligero aumento en la soledad emocional", señaló Khare. Agregó que estos efectos podrían ser temporales a medida que los estudiantes se adaptan.
Khare advirtió: "Si las escuelas deciden implementar una prohibición total de smartphones, hay algunas cosas que deberían vigilar. La juventud socialmente vulnerable podría tener un poco más de dificultades. Los estudiantes podrían sentirse un poco más desconectados de sus amigos."
Jonathan Cantor en RAND, una organización sin fines de lucro de EE.UU., señaló una limitación: el estudio carecía de comparaciones con escuelas sin prohibiciones. "Necesitamos datos de estudiantes similares de escuelas similares sin prohibición para hacer comparaciones significativas", dijo. Las políticas sobre teléfonos varían globalmente; en EE.UU., van desde prohibiciones totales hasta la discreción del profesor, mientras que la guía del Reino Unido desaconseja el uso pero deja las decisiones a los líderes escolares. Ambos expertos enfatizaron la necesidad de datos más detallados sobre la implementación y efectos de las políticas.
Los hallazgos son preliminares, publicados como preimpresión en PsyArXiv (DOI: 10.31234/osf.io/d7jrk_v1).