Estudio destaca riesgos de enjambre de meteoros tauridos para 2032 y 2036

Un nuevo estudio advierte que la lluvia de meteoros taurida, famosa por sus bolas de fuego de Halloween, podría ocultar peligros de un posible enjambre de escombros. Dirigido por el investigador Mark Boslough, la investigación examina los riesgos aumentados de impactos de objetos cercanos a la Tierra en 2032 y 2036. Los científicos instan a observaciones dirigidas para evaluar y mitigar estas amenazas.

La lluvia de meteoros taurida ilumina los cielos cada otoño desde finales de octubre hasta principios de noviembre, pareciendo irradiar desde la constelación de Tauro y ganando el apodo de 'bolas de fuego de Halloween'. Estos meteoros provienen de escombros desprendidos por el Cometa Encke, que la Tierra encuentra dos veces al año: una vez de noche en otoño y otra durante el día en junio como los Beta Tauridos.

Un estudio reciente, publicado en Acta Astronautica y presentado en la Conferencia de Defensa Planetaria en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, profundiza en los posibles peligros dentro del flujo taurido. Dirigido por el profesor de investigación Mark Boslough de la Universidad de Nuevo México, el artículo titulado 'Mejora del riesgo en 2032 y 2036 de NEO en el flujo taurido: ¿Existe un componente coherente significativo en el riesgo de impacto?' investiga si un 'enjambre resonante taurido' —un grupo de pequeños objetos influenciados por la gravedad de Júpiter— podría aumentar la probabilidad de explosiones en el aire o impactos.

"El enjambre resonante es teórico, pero hay alguna evidencia de que existe un enjambre disperso de pequeños objetos porque se han observado bolas de fuego brillantes y firmas sísmicas de impactos en la luna en momentos que la teoría ha predicho", explicó Boslough. Estos objetos orbitan el sol en una resonancia 7:2 con Júpiter, potencialmente agrupando escombros más densos.

El estudio predice aproximaciones cercanas de este enjambre hipotético a la Tierra en 2032 y 2036, cuando los telescopios existentes podrían detectarlos. Boslough señala que, aunque las probabilidades generales siguen siendo bajas, los riesgos mejorados podrían involucrar explosiones en el aire similares al evento de Chelyabinsk en 2013, que involucró un objeto de 60 pies explotando con la fuerza de medio megatón de TNT, o la explosión más potente de Tunguska en 1908.

"Nuestros hallazgos son que tenemos la tecnología para probar el enjambre resonante taurido utilizando telescopios existentes para encuestas dirigidas del cielo en 2032 y 2036", dijo Boslough. Apoyado por NASA y la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, la investigación enfatiza los esfuerzos de defensa planetaria, incluyendo encuestas, modelado y preparación pública. Boslough aconseja escepticismo hacia la desinformación en redes sociales sobre impactos de NEO y recomienda evitar ventanas durante eventos potenciales para prevenir lesiones por vidrios voladores.

Para observar la lluvia de este año, mire después de las 2 a.m. en la noche de Halloween desde sitios de cielo oscuro como los de Nuevo México.

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