Investigadores del Hospital General de Massachusetts han identificado una proteína inmune que daña las células cardíacas después de un infarto de miocardio, lo que lleva a arritmias peligrosas. Al dirigirse a esta proteína en ratones, el equipo redujo los incidentes de arritmia doce veces. Los hallazgos sugieren nuevas formas de prevenir la muerte cardíaca súbita.
Un estudio publicado en Science revela que la molécula similar a resistina gamma (RELMy), producida por neutrófilos, ataca las membranas de los cardiomiocitos después de un ataque al corazón, perforando agujeros en las células y promoviendo taquicardia ventricular (TV) y fibrilación ventricular (FV). Estas arritmias, que pueden causar un paro cardíaco súbito en minutos, ocurren con mayor frecuencia dentro de las 48 horas después del infarto de miocardio (IM), coincidiendo con la infiltración de células inmunes en el tejido cardíaco.
La autora principal Nina Kumowski, MD, del Departamento de Radiología y el Centro para Biología de Sistemas del Hospital General de Massachusetts, explicó: "Encontramos que la proteína de defensa 'Molécula similar a resistina gamma' (Relmy), producida por neutrófilos, perfora agujeros en las células cardíacas después de un ataque al corazón. Esto promueve un ritmo cardíaco peligroso, rápido e irregular, y la muerte celular en el corazón."
El autor principal Matthias Nahrendorf, MD, PhD, señaló que la investigación examinó cómo los neutrófilos contribuyen a la arritmia ventricular post-IM. Usando secuenciación de ARN de célula única y espacial en modelos de ratones, junto con microscopía confocal y ensayos in vitro, el equipo encontró que los neutrófilos regulan al alza el gen Retnlg, que codifica RELMy, en el área infartada. Eliminar este gen de los neutrófilos redujo la carga de arritmia doce veces en ratones. Un homólogo humano, el gen RETN que codifica resistina, mostró una expresión más alta en tejido cardíaco humano infartado en comparación con áreas no infartadas.
Las implicaciones destacan el rol de las células inmunes en la muerte cardíaca súbita. "Deberíamos pensar en tratar tanto el infarto de miocardio mediante una recanalización rápida del vaso para restaurar el suministro de sangre oxigenada como también dirigiendo las células inmunes para mitigar los efectos arrítmicos de la lesión," dijo Kumowski. Los próximos pasos incluyen neutralizar la proteína en modelos de ratones y probar en humanos para reducir la carga de TV y el tamaño del infarto, potencialmente llevando a terapias dirigidas más allá de la supresión inmune amplia.
El estudio fue apoyado por subvenciones de la Fundación Leducq, los Institutos Nacionales de Salud y otros. Varios autores divulgaron vínculos con compañías farmacéuticas.