Científicos descubren nuevas perspectivas sobre la vida microbiana antigua
Investigadores han descubierto evidencia de actividad microbiana en rocas de 3.700 millones de años de antigüedad de Groenlandia, lo que sugiere que la vida en la Tierra pudo haber comenzado antes de lo que se pensaba previamente. Los hallazgos, publicados en Nature, desafían las líneas de tiempo existentes para los orígenes de la vida. Esto podría remodelar nuestra comprensión de la habitabilidad planetaria temprana.
El descubrimiento fue realizado por un equipo internacional liderado por la Dra. Elizabeth Trembath-Reichert de la Universidad de Stanford. Al analizar muestras del Cinturón Supracrustal de Isua en Groenlandia, los científicos identificaron firmas químicas indicativas de microbios antiguos. Estas rocas, datadas en aproximadamente 3.700 millones de años atrás, contienen relaciones isotópicas de carbono y azufre que apuntan a procesos biológicos en lugar de puramente geológicos.
'Esta es la evidencia directa más antigua que tenemos de la vida en la Tierra', dijo la Dra. Trembath-Reichert en un comunicado. El estudio se basa en trabajos previos de 2016 que sugerían biosignaturas similares en rocas de 3.800 millones de años, pero este nuevo análisis utiliza espectrometría avanzada para confirmar el metabolismo microbiano.
La línea de tiempo es significativa: se cree que los océanos de la Tierra se formaron alrededor de hace 4.400 millones de años, dejando una ventana estrecha para la aparición de la vida. Si se confirma, estos microbios precederían a los poseedores de récords anteriores de estromatolitos de 3.500 millones de años de Australia. Sin embargo, algunos expertos advierten que los procesos abióticos podrían imitar estas firmas. El Dr. Martin Van Kranendonk, coautor, señaló: 'Aunque emocionante, necesitamos más muestras para descartar explicaciones no biológicas.'
Las implicaciones se extienden más allá de la Tierra. Trazas químicas similares en meteoritos marcianos y en otros exoplanetas podrían indicar una vida temprana generalizada en el sistema solar. La investigación fue financiada por el Instituto de Astrobiología de la NASA e involucró colaboradores de la Universidad de Tokio y el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia.
Este hallazgo subraya la resiliencia de la vida microbiana en entornos antiguos extremos, potencialmente informando las búsquedas de biología extraterrestre. No se encontraron fósiles directos, pero la evidencia geoquímica proporciona un caso convincente para las raíces profundas de la vida.